Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La armada británica quería convertir la ciudad en su base naval

Gran Bretaña planeó invadir Vigo durante la I Guerra Mundial

FARO saca a la luz documentos que desvelan como los ingleses apuntaba clandestinamente al puerto de Vigo como el "ideal enclave estratégico" para disponer de apoyo geográfico -Antes de instalar la base, los ingleses tenían previsto tomar con sus tropas Cangas, Aldán, Moaña, Tui, Guillarei, Redondela y hasta el túnel de Figueirido

Papeles originales hallados por el autor del reportaje. // J. Lores

En el mes de julio del año 1914, antes de que estallase la Primera Guerra Mundial pero con los cadáveres de los herederos al trono del Imperio Austro-Húngaro, Francisco Fernando de Austria y su esposa la condesa Sofía Chotek, aún calientes tras el atentado de Sarajevo del día 28 de junio, la Escuela Británica de Estrategia Militar Periférica apuraba su puesta en escena con la ría de Vigo como telón de fondo.

Sus fundamentos, basados en retornar a las características esenciales del plan de Pitt ideado antaño para contrarrestar la fortaleza de Napoleón Bonaparte, establecían que la guerra en los principales escenarios continentales debería dejarse a los ejércitos de Francia, Bélgica y Rusia o a cualquier otra potencia que quisiera sumarse a la lucha contra Alemania. Los británicos, por su parte, gracias al poderío naval que les proporcionaba la Gran Flota de la Royal Navy, los ayudarían con subsidios financiados por la captura del comercio marítimo alemán y por cualquier otro medio, exceptuando aportar un gran número de tropas militares en los campos de batalla.

En este ambiente prebélico, el Estado Mayor Británico -tras un estudio minucioso de la costa gallega- apuntaba clandestinamente al puerto de Vigo como el "ideal enclave estratégico" para erigir una estación naval en condiciones y, a su vez, disponer de un apoyo geográfico excelente para el ataque y la defensa en la guerra que se avecinaba.

Entre las funciones de esta "imprescindible" base militar estarían las de servicio al aprovisionamiento y reparación de los buques de combate así como a sus navíos auxiliares conforme lo fuesen demandando. Y todo ello con el visto bueno de la Organización de Inteligencia Naval gracias a lo resguardada y protegida que resultaba la bahía de Vigo para mantener en perfectas condiciones de seguridad a gran parte de la Gran Flota, compuesta por 151 buques entre acorazados, cruceros y destructores, y que se pondría en escena nada más estallar la conflagración mundial al unirse la Flota del Atlántico y la Home Fleet británicas.

Los planes secretos, recogidos en un memorandum confidencial del Estado Mayor, estuvieron celosamente custodiados por el que en 1914 -el mismo año del documento y bajo el reinado de Alfonso XIII- ejercía de presidente de los Consejos de Estado: el destacado y sobresaliente político tudense Augusto González Besada.

Transcritos con máquina de escribir en tinta azul cobalto, los folios del sumario comienzan haciendo referencia a la Gran Flota Blanca americana: " Ya es pública la intención que tuvieron los Estados Unidos de América de enviar al puerto de Vigo la escuadra Watson para apoderarse de esta plaza y hacer de ella un nuevo Gibraltar". La estación naval que pretendía montarse debería estar en un enclave con buen fondeadero, dispondría de elementos fabriles de reparación, de compostura de buques, máquinas y de abrigo completo del fuego enemigo tanto por mar como por tierra. El interés británico en levantar esta base era puramente militar para tiempos de guerra, y se descartaba su utilidad mercantil en tiempos de paz. Asimismo, la terminal viguesa se utilizaría para el transporte de tropas, ganado, equipos, carbón -combustible imprescindible para los buques- y suministros de guerra.

La Flota Británica del Atlántico en Vigo, a principios del 1914, antes de que estallase la guerra.

El expediente hace énfasis en la necesaria ocupación de la ría de Vigo tanto por sus ventajas marítimas como por sus óptimos aspectos logísticos al disponer la ciudad de comunicación directa con Inglaterra a través del Cable Inglés. Textualmente, los planes elaborados por la Estrategia Militar Periférica británica proponían "si fuera necesario" una toma a la fuerza de la ciudad: "La ocupación del puerto de Vigo hay que hacerla anulando sus baterías defensivas, de una forma contundente y completa, pues una ocupación dubitativa estaría plagada de dificultades. Nuestra defensa marítima la completaríamos dominando ambas orillas de la ría, con el fin de evitar que la artillería enemiga pueda ocupar sus playas y batir desde tierra nuestros fondeaderos. Inglaterra, para estar tranquila, necesita un ejército relativamente pequeño para defender ambos márgenes del litoral, pues el circuito de la ría tiene una longitud de 16 millas". El informe secreto prosigue detallándonos la estrategia militar a adoptar en ambos lados de la bahía, simplificándola en un rombo de 12 millas de lado que habría que defender. La orilla meridional -donde se halla Vigo- constituiría uno de sus lados hasta Baiona; el segundo lado recorrería toda la costa hasta A Guarda; el tercero ascendería por el río Miño hasta Tui y, por último, el cuarto lado estaría formado por un valle abierto situado entre dos cordilleras que se encuentran entre Tui y Redondela pasando por Porriño. "Constituye este último trazado un espacio natural ideal para un campo militar como quizás no pueda Inglaterra encontrar en toda la península ibérica...", nos detalla el documento. "...el único similar sería el de Torres-Vedras escogido por Wellington para su lucha contra Massena cuando las campañas contra el Imperio Napoleónico, pero con la inmensa ventaja de que esta superficie propuesta es mucho menor y su base de operaciones no es la costa sino una ensenada tan espléndida como la de Vigo".

Documentos originales y confidenciales hallados por el autor del reportaje. // J. Lores

La defensa de la orilla norte de la ría pasaba por la construcción de un punto avanzado de protección situado en la ría de Aldán, descartando hacerlo en la península del Morrazo ya que su orografía montañosa demandaba obras de gran consideración por carecer de vías de comunicación apropiadas para la defensa militar. El dominio del túnel de Figueirido, al otro extremo de la península, constituiría otro punto de franqueo para las fuerzas enemigas que intentaran penetrar en la península del Morrazo.

La única dificultad que nos muestra el expediente confidencial es la planificación de una buena estrategia defensiva, sobre todo la concerniente al espacio comprendido entre Redondela y Tui. Pero, como buen principio táctico, solventaban el problema proponiendo medios ofensivos para conseguir la protección esperada: "Resulta que la buena defensa de la línea Tuy-Porriño-Redondela, y por consiguiente la seguridad de la bahía de Vigo en su parte meridional, nos la dará las dos vías férreas de penetración en el interior de España: la que de Redondela llega a Santiago, y la que de Guillarei-Tui enlaza en Monforte con la línea del Norte de España. Es necesario, además, dominar el puente internacional sobre el Miño que utiliza la vía férrea y que enlaza a Tuy con Valença. Es,pues, tácticamente imposible que hallándose bien sostenidos estos puntos de defensa, pueda ser molestada en lo más mínimo nuestra flota en aguas de la ría de Vigo".

En uno de sus apartados, el sumario nos hace referencia a las numerosas ventajas que ofrece la invasión y construcción de esta base militar: "El espacio que forma el rombo que necesitamos ocupar reúne admirables condiciones para toda clase de enseñanzas militares. Tiene costa brava para el estudio de desembarcos sorpresa, entre Bayona y La Guardia; tiene un río caudaloso como el Miño para los estudios de aplicaciones de buques menores en el paso de una a otra orilla; tiene montañas abruptas en las cuales se crían caballos salvajes, La Groba, en la que pueden educarse nuestras tropas bajo un cielo hermoso y una temperatura siempre benigna para las fatigas de la guerra de montaña; tiene las llanuras llamadas Gándaras de Budiño y de Guillarey, para la educación del tiro a fusil y de artillería; y tiene, por último, las baterías de costa para la instrucción del combate contra escuadras enemigas. Constituye este territorio un espacio ideal para levantar un campo de instrucción de una escuadra, combinándolo con un ejército de unos 12.000 hombres".

Sin embargo, a pesar de estos clandestinos planes británicos basados en un estudio permenorizado del entorno de la ría de Vigo, cuando estalló la Gran Guerra, la Estrategia Militar Periférica declinó sus intenciones en favor de la Estrategia Militar Continental que se inspiraba en la cuarta enmienda del plan de Pitt y de la que el Kaiser alemán, Guillermo II, al igual que Napoleón, fue víctima pues no tuvo más remedio que librar una guerra en dos frentes: contra Rusia y contra Francia. Su puesta en escena tuvo lugar en una de las primeras grandes batallas -la del Marne- disputada a inicios de septiembre del año 1914 a las puertas de París, en la que cien mil efectivos británicos sostuvieron el flanco izquierdo aliado y ayudaron a insertar una cuña dividiendo en dos el ejército alemán, consiguiendo, con ello, que París se salvara de la ocupación alemana.

El crucial memorandum que nos revela los históricos preparativos militares, fue desclasificado del archivo personal del que había sido hombre fuerte del Gobierno liderado por Eduardo Dato quien decretó la neutralidad de España en la Gran Guerra el 7 de agosto del año 1914, y que ve la luz gracias a la venta que se realizó de la colección documental-epistolar del afamado político gallego hace ya algún tiempo.

Un "memorandum de la home fleet" reservado durante más de 100 años

  • Una docena de folios, entre los que se incluye un mapa dibujado con señales en las zonas estratégicas del ataque, conforman este "Memorandum de la Home Fleet" , como así aparece titulado en su primera página, que formaba parte de archivo documental de la casa de Madrid en la que vivió Augusto González Besada hasta su muerte en 1919. Este archivo, junto a la biblioteca personal del político gallego, fue puesto a la venta hace 12 años, siendo su comprador un anticuario de A Coruña al que José Ramón Cabanelas conoce desde hace tiempo y que es el mismo al que el historiador vigués adquirió, en su día, el único documento en papel que se conserva de la época de la Batalla de Rande (1702)."Sabedor de mi interés por todos los temas históricos que tienen que ver con Vigo -refiere Cabanelas- este anticuario se puso en contacto conmigo y, en cuanto le eché un vistazo, me percaté de que me hallaba ante un descubrimiento espectacular". ¿Cómo pudo ir parar a la vivienda madrileña de González Besada este plan secreto? La respuesta "cae de cajón", sostiene Cabanelas: "Don Augusto no solo era presidente del Congreso en aquella época, sino un hombre de la total confianza del presidente de Gobierno, el también gallego (coruñés) Eduardo Dato.Sobre su procedencia no cabe más que la especulación, aunque Cabanelas apuesta por el espionaje: "Sin duda un espía fue quien consiguió acceder a esta información supersecreta que luego hizo llegar al Gobierno español y, luego, no se sabe si él mismo u otra persona, alguien tradujo el original del inglés al castellano".

Gonzalez Besada, el guardián de los secretos de Estado

  • El cronista pontevedrés Prudencio Landín señala como nota característica en la biografía de Augusto González Besada la precocidad, aunque a ésta bien pudiera añadírsele la ambición. Se cuenta que, a los veinte años de edad, al firmar en un álbum escribió a la vera de su rúbrica la frase "Yo seré ministro" que, ante la hilaridad de quienes se enteraron, justificó seriamente con un "no se trata de una broma, sino de un presentimiento, más bien de una convicción".González Besada vería cumplido su presentimiento/convicción y a fe que lo haría con creces. Ministro en seis ocasiones: de Hacienda en tres períodos: 1903, 1908-1909 y 1918; de Gobernación en 1905 y de Fomento entre 1907 y 1908, fue la suya una meteórica carrera política en la que hay que sumar las sucesivas veces en que resultó diputado electo y los cargos gobernador civil, así como de presidente del Congreso y de los Consejos de Estado, Instrucción Pública y Fomento y de la Junta Central de Colonización.Nacido el 24 de junio de 1865 en Tui en el seno de una de las familias más pudientes de Pontevedra, tras estudiar Bachillerato en la capital del Lérez se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago en 1885. Desde el ejercicio de la abogacía daría el salto a la política y tras afiliarse al Partido Conservador, en 1899 obtuvo por primera vez el acta de diputado al presentarse por el distrito de Cambados dentro de la circunscripción provincial.La dedicación a la política no era una novedad en su acaudalada y culta familia. Ya tanto su padre, Basilio, como sus tíos, Rafael y Sabino, también habían sido diputados provinciales, este último además gobernador civil en dos ocasiones y presidente de la Diputación de Pontevedra entre 1896 y 1898.Asíduo participante en las tertulias de la célebre botica de Perfecto Feijoo, a partir de su primera elección Augusto González Besada haría de Madrid su residencia fija, pero invariablemente solía hacer visitas periódicas a Pontevedra. Entre 1901 y 1919 volvería a repetir escaño presentándose, al principio por Pontevedra, pero después por Cádiz, Almería y Alicante, lo cual lo consolidaría como uno de los políticos más famosos de la España de su tiempo....y no solo por los importantes cargos que desempeñó.Aunque, según afirma el citado Prudencio Landín, no era un intelectual, lo cierto es que tuvo una estrecha relación con el mundo de la cultura, como lo demuestra su ingreso, en 1915, en la Real Academia, que efectuó leyendo un discurso titulado "La mujer gallega y Rosalía de Castro" , así como celebrados y premiados trabajos como el "Estudio Crítico sobre la Literatura Gallega", "Aptitudes de Sancho para gobernar la Ínsula de Barataria" o el dedicado a Curros Enríquez.También gozó de gran prestidio en el ámbito del Derecho, como lo demuestra su ingreso a la Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la que llegaría a ser presidente en 1918, así como en la de Ciencias Morales y Política,y todo, seguimos a Landín, pese a que "no era un hombre erudito, ni hacía falta que lo fuera para actuar en los tribunales. Le bastaba una cultura selecta, el dominio de las leyes, el sentido ponderado de las cosas y el conocimiento del alma". Falleció, y hasta en eso también fue precoz, el 4 de junio de 1919, a la edad de 53 años.

Compartir el artículo

stats