Intenten imaginarse esto con la música de Fórmula V: "vacaciones de verano para mí / caminando por la arena junto a ti". Ah, ¿que no es verano? Bueno, da igual: en algún sitio lo será. ¿Y a qué viene esta sandez en medio de una ola de frío de narices, temporal viene, temporal va?, se preguntarán ustedes. Pues porque -atención- estas NOTICIAS DEL SUBMUNDO de sus (esperamos) amores se toman unas vacaciones por primera vez en catorce (¡¡¡14!!!) años. Sí, amigas y amigos del SUBMUNDO: en un desbarre sin precedentes en el periodismo patrio, la redacción, los talleres, el personal no docente y hasta el gato que vive en la linotipia, han decidido al alimón cerrar el chiringuito temporalmente para dar descanso al cuerpo y al espíritu. FARO DE VIGO (nuestra generosa ventana al exterior, nuestro hogar, la luz que guía nuestros pasos?) ha dado su permiso con magnanimidad y palmaditas en el hombro.
En el momento de redactar estas líneas (ya saben: nuestro lugar común favorito), todo el equipo está celebrando el acontecimiento con espumosos y espirituosos líquidos de tan dudosa calidad como los que nos sirven en la taberna de Pascual, el hogar a la vuelta de la esquina que nos acoge al cierre de cada edición. La fiesta está en su momento álgido: Gesualdo da Venosa, nuestro botones y chico de los recados, llora de alegría y emoción tirado en una esquina rodeado de confeti; Marcela Docampo, la responsable de Cultura, recita versos de Gloria Fuertes mientras planta fuego a las obras completas de Paulo Coelho; Ronnie O'Sullivan, jefe de (la) Internacional, entona tristes murgas gaditanas de inspiración irlandesa y antimonárquica; y, last but not least, "Hierático" Peláez (El Informático Que Se Las Trae) borra discos duros comprometedores, non vaia ser o demo.
Durante estos catorce años hemos faltado a nuestra cita dominical en alguna puntual ocasión, por circunstancias que no viene al caso enumerar, contando siempre con la comprensión y la diligencia de FARO DE VIGO y de su gran suplemento ESTELA. Pero, básicamente, hemos estado ahí, dándolo todo por la libertad de expresión, el rigor informativo, la crónica veraz, la crítica rigurosa, la imparcialidad sin tacha y el Cristo de la Victoria. Orgullosos estamos de nuestra vitrina para los premios recibidos a lo largo de estos años; está vacía, sí, pero es bien bonita.
Cuando se apaguen esta noche las luces de la redacción, por falta de pago, un presentimiento lúgubre encogerá nuestros corazones: ¿de verdad a nadie se le ha ocurrido limpiar los restos de pizza, los vasos volcados y las colillas apagadas sobre los teclados de los ordenadores? En marzo, cuando volvamos a entrar, bulliciosos y cargados de energías renovadas y renovables, encontraremos sin duda alguna un ecosistema nuevo para la ciencia. Hasta entonces, téngannos presentes en sus oraciones.
"¡Vacaciones de verano para mí?!"
@JulianSiniestro
