Trece obras murales y dos nuevas plazas realizadas por artistas consagrados de la talla de Álvarez Basso, Pulido, Magalhaes o Villalobos y jóvenes talentos como Pelucas o el grafitero Tony han transformado la fisonomía urbana de Vigo. La ciudad ya puede presumir de una ruta de street art que se extiende por sus barrios y los convierte en un auténtico museo al aire libre del que disfrutan los ciudadanos en su ajetreo diario y que también se ha convertido en un atractivo para los visitantes.

Esta explosión de creatividad que aúna diferentes temáticas y técnicas, desde el grafitti a la acuarela, se expandirá por otras 15 medianeras en 2016 a través de una segunda convocatoria municipal dotada de 150.000 euros.

Más bella y también más accesible. Vigo se ha propuesto paliar su escarpada orografía y más de mil personas utilizan cada día el ascensor de Porta do Sol, que cumplirá un año en pocos días. El pasado octubre se estrenaba el ascensor que comunica Menéndez Pelayo con Camelias y que realiza una media de 600 viajes en ambos sentidos por jornada.

La rotonda de Coia ya es conocida como la del Alfageme. El pesquero sumará en febrero su primer año de singladura en la glorieta de la avenida de Castelao en homenaje a los marineros. Olvidado en el muelle de Beiramar durante años, su traslado generó polémica social, sin embargo, ha acabado convertido en una de las referencias de la ciudad.

Pero, sin duda, el elemento decorativo que ha protagonizado más selfies este año ha sido el dinoseto. Vecino ilustre de Porta do Sol desde el pasado verano se ha convertido en un vigués más y forma parte del álbum fotográfico de todos los turistas que visitan la ciudad. A la espera de que su cría nazca, otro pariente vegetal se ha instalado en el barrio de Navia, un triceratops bautizado como rinoseto. Y la intención del Concello es que sean los primeros referentes de una ruta jurásica.