Enclavado al lado de la playa de Lourido, en Poio, en La Brisa no solo se respiran aires atlánticos, también se degustan los buenos manjares del mar y de la tierra. En más de medio siglo de andadura el local se ha ganado una merecida reputación dentro y fuera de Galicia. Juan Barreiro encarna la tercera generación de una saga familiar volcada en la hostelería, depositario de recetas antiguas que sus padres le han sabido transmitir.
Todo empezó en los años cincuenta en una pequeña casa muy próxima al local actual, que a lo largo del tiempo fue ampliando su espacio para atender a sus muchos comensales, devotos de productos y sabores auténticos. Juan Barreiro engarza su cocina en esa autenticidad, en recetas y sabores vividos desde niño y aprendidos con su madre Estrella. Sus progenitores -Claudio Barreiro y Estrella Castro- le han sabido transmitir el buen hacer en los fogones. Fieles a la esencia, la cocina es de mercado y siempre con el mejor producto. Todo de temporada y de la costa y así van apareciendo en el catálogo centollos, bogavantes, camarones, percebes, cigalas, berberechos, almejas, ostras, vieiras, o navajas, dependiendo de la estación y en su punto. En la cocina, Estrella Castro sigue demostrando su sabiduría con un equipo que elabora platos basados en la despensa autóctona como merluza a la gallega, guiso de rodaballo, mero a la plancha o abadejo, además de los mariscos que le han dado fama.
Las propuestas gastronómicas pasan por otras preparaciones que incluyen carne para los que prefieren los sabores de tierra en forma de solomillo -de cerdo ibérico, de ternera- o de entrecot, aparte de arroces -célebre el de marisco o el de bogavante- ensaladas y otras opciones que combinan tradición con creatividad. Porque perpetuar las raíces culinarias no implica renunciar a aportes creativos en algunas elaboraciones que aumentan y ensalzan los sabores de la tierra.
El apartado de postres es igual de diverso y sugerente con opciones que van desde las filloas (con receta propia, rellenas y luego fritas) a leche frita, cañitas o tarta de manzana, además de otras suculencias. Las creaciones que salen de los fogones de La Brisa se acompañan de una carta de vinos en la que están presentes las denominaciones gallegas, aparte de caldos de otras zonas del país, con una bodega que ronda el centenar de referencias.
