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Un duelo de dinastías fascina a EE UU

Hillary Clinton y Jeb Bush, exponentes de las dos familias de políticos más poderosas de Estados Unidos, pueden encontrarse en la campaña electoral para llegar a la Casa Blanca en 2016

Hillary Clinton y Jeb Bush, que aspiran a ocupar las listas de la Casa Blanca.

Republicanos y demócratas pulen el acero electoral para ganar en 2016. En las filas de Obama está claro que la abogada Hillary Rodham Clinton tomará el relevo. Los más conservadores lucen un ramillete de aspirantes. Entre ellos destaca John Ellis "Jeb" Bush, ingeniero petrolero, gobernador de Florida entre 1999 y 2007, hijo del expresidente George H. W. Bush y de Barbara, la apacible matriarca, casi tan ambiciosa como la legendaria Rose Kennedy. La opulenta familia texana tiene la artillería lista para derrotar a la peor rival que les podía haber tocado.

Nacida en Chicago y afincada en Arkansas, tras haber sido primera dama -humillada como pocas- y secretaria de Estado en la primera legislatura de Obama y senadora, Hillary pretende convertirse en la primera mujer que presida los Estados Unidos.

El duelo promete. Los apellidos de los protagonistas no son nuevos. En ocho de las últimas nueve anteriores elecciones presidenciales ha habido un Bush o un Clinton en liza por llegar a la Casa Blanca. La única contienda electoral desde 1980 en la que ningún miembro de ambas familias ha estado presente, fue la de 2012.

Estos cuatro años de tregua les han servido a los Clinton para recargar pilas y preparar el camino a una nueva ansiada victoria demócrata que daría al partido, al menos, doce años seguidos en el poder. No será fácil. Por mucho que Hillary se venda como la salvadora de los trabajadores, le falta el tirón de Obama, quien le ganó la nominación en agosto de 2008, en la histórica Convención de Denver (Colorado).

Hillary aceptó la derrota y dio su apoyo al oponente, a cambio de ser investida en 2016. Por eso nadie ha movido un dedo en el partido del asno, tras la postulación oficial de Hillary y el inicio de una precampaña que será un paseíllo entre los suyos, hasta la convención de Filadelfia en torno al 25 de julio de 2016. Casualmente -o no tanto- la última vez que la llamada ciudad del amor fraterno acogió un congreso para unas presidenciales fue en el 2000, cuando los republicanos eligieron al entonces gobernador de Texas, George W. Bush. Los republicanos se reunirán en Cleveland, entre el 18 y el 21 del mismo mes.

El enfrentamiento más sonado entre las dos familias tuvo lugar en 1992, cuando Bill Clinton derrotó al ex presidente George H. W. Bush. Desde entonces, ambos clanes mantienen una buena relación personal, no tan cordial en el terreno político. Tras la derrota de 1992, la familia texana alimentó la campaña contra la reelección de Clinton.

Cuando George W. Bush concurrió a las elecciones del año 2000 lo hizo bajo el lema "para restaurar el honor y la dignidad", en alusión al comportamiento poco ejemplar del presidente, protagonista del "caso Lewisnky", una relación de sexo oral con una becaria en el despacho oval. Hillary se presentó como la sufrida esposa que perdona al esposo infiel. La unión conyugal se tambaleó, la empresa prosperó. El matrimonio y su hija, que les ha hecho abuelos, patronean una fundación dirigida por la joven Chelsea desde 2013, con 2.200 empleados. Chelsea, casada con el directivo del banco de inversión Goldman Sachs Marc Mezvinsky, asesora a su madre y, con Huma Abedin, es la persona que más influye en ella.

La "hijísima" protagoniza este mes la portada de la edición americana de la revista "Elle", con un vestido Gucci de 1.500 euros y un brazalete Cartier de unos 6.000, que ya le ha valido las críticas de quienes piensan que no es el mejor modo de acercarse a la clase media. Desde el comienzo de la campaña en la emblemática Iowa -se cree que quien gana Iowa se lleva la presidencia- la demócrata va sumando apoyos en su página "Hillary for América", calco de la que David Plouffe le diseñó a Obama en 2008.

Mientras Hillary se esmera en cultivar la cercanía con el pueblo, el aspirante republicano oficioso admitió esta misma semana haber cometido un "error" al marcar "hispano" en un formulario de inscripción electoral hace 6 años. "The New York Times" -periódico que dice no leer nunca- publicó su planilla de solicitud de votante en 2009 en el Condado de Miami-Dade. Bush, nacido en Texas hace 62 años, no tiene orígenes latinos. Su hijo Jeb Bush Jr., un sex symbol con sangre materna mexicana, tuiteó en tono jocoso: "Vamos, papá, creo que marcaste la casilla equivocada". Jeb, "Jeffrie", posee esa habilidad familiar para meterse en charcos en los que su hermano George fue una estrella. Da igual. Convertido al catolicismo y con un español impecable, busca los 11 millones de votos hispanos, casi el 10% del censo.

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