En los últimos días leo con asombro y preocupación, todas las noticias generadas con la bajada del precio del crudo y su ínfima repercursión en el precio de los combustibles. A comienzos de la semana que hoy finalizamos, casi un centenar de gasolineras de las consideradas "Low Cost", lanzaban un órdago reducidiendo el precio del litro del diésel por debajo del euro, concretamente a 0.99 euros.
La grandes petroleras comienzan a darse cuenta de que deben reaccionar para evitar la caída de las ventas, ya que cada vez más son los conductores que buscan esos precios económicos y que, en muchos casos, ven como compensa un pequeño desplazamiento para llenar el depósito. En muchas carreteras españolas comienzan a surgir gasolineras que sin personal que la atienda reducen el precio.
En_Galicia son las gasolineras situadas en los grandes grupos de distribución alimentaria los que hacen realmente la competencia, aunque difícilmente llegan a los precios de las low cost.
Los combustibles alternativos tampoco son una excepción. Las marcas se empeñan en ofrecer, ahora más que nunca, alternativas como el Gas Liquado del Petroleo, GLP, o más recientemente el Gas Natural Comprimido, GNC. En ambos casos tampoco estamos de suerte, ya que por poner un ejemplo, en Vigo solamente hay dos gasolineras con surtidor de GLP y en lo que se refiere a GNC el más cercano está en Ourense.
Cuando viajas te das cuenta de lo mucho que pagamos los gallegos por un combustible que en otras comunidades, incluso en estaciones pertenecientes a las grandes petroleras, llega a estar dos o tres céntimos más barato. Debemos dejar de ser el furgón de cola y debemos reclamar el derecho a poder acceder al mismo precio del combustible,y en las mismas condiciones.
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