La historia de este reconocido y premiado restaurante lalinense tiene largo recorrido y se remonta a 1960. En ese año se casaban Concepción Lamazares y Cándido Varela, que casi al tiempo abrían una pequeña tienda de ultramarinos, germen del hoy reputado establecimiento de Donramiro. En el local también se vendían algunos vinos y, poco a poco, los clientes fueron demandando alguna tapa. Tras más de medio siglo de andadura el restaurante Agarimo sigue apegado a la esencia, con platos de la cocina tradicional a los que Conchi Peiteado, tercera generación de una gran saga de cocineras, aporta nueva savia.
La más joven de la estirpe se ha convertido en una de las cocineras más mediáticas de Lalín de los últimos tiempos. Vivió entre fogones desde siempre, lo mismo que su hermano menor y ambos prosiguen en el negocio familiar, Conchi en los fogones y Alberto en la sala aportando juventud y continuidad al establecimiento de más de medio siglo.
En el ultramarinos de antaño los clientes fueron pidiendo tortillas y jamón, con materia prima de la casa y una preparación, de la mano de Concha, que fue ganando "sona". Así el negocio fue creciendo hasta convertirse en restaurante. La abuela está jubilada y reconocida su trayectoria con el premio Toda Unha Vida por su labor al frente de los fogones. Las recetas de familia las ha transmitido y enseñado a su hija Carmen y a su nieta Conchi, que acaba de estar en la Ciudad Condal junto a otros cocineros de Gastrodeza -la red integrada por nueve establecimientos gastronómicos de la comarca, entre ellos Agarimo- mostrando las delicias de la tierra en la Barcelona Hosting Week, como se denomina ahora la fusión del Forum Gastronómico y Hostelco.
La red dezana se asienta en una cocina centrada en la calidad de los productos, el esmero en las elaboraciones y la atención al cliente. Y de eso saben mucho en Agarimo, que además de la veteranía y los reconocimientos ve respaldada su trayectoria por una clientela fiel de dentro y fuera de Galicia. El cocido es uno de sus productos estrella, a los que se suman otras elaboraciones como cabrito y pescados, igual de solicitados en este restaurante que, como ha dicho en varias ocasiones Concha, es lo que es "gracias al pueblo" que siempre gustó de la comida de un local donde los vegetales son de huerta propia, los pescados son los más frescos del mercado y la carne se funde en el paladar por su ternura. Donde se va a la plaza a diario y se hace todo al momento. Los platos están acompañados de un apartado de postres entre los que figuran las filloas, el queso con membrillo, flan, requesón con ciruela, tartas caseras (de manzana, de queso, de castañas y nueces con helado de higo)... y otras suculencias. La carta de vinos es amplia, con apartado para denominaciones de dentro y fuera de Galicia.
El postre - Cremoso con frutos rojos
- Además de joven valor de la cocina, Conchi Peiteado es una artesana repostera, con elaboraciones como este cremoso con frutos rojos que figura en la foto superior acompañando a la perdiz. Elaborado con una base de galleta de almendra, crema de queso, confitura de frambuesa y fresas confitadas, es una combinación fresca y muy agradable al paladar que consigue un contraste perfecto con la suavidad del queso y la ligera acidez de los frutos rojos.
VISITA OBLIGADA - Fraga de catasós
- En la parroquia de Catasós se encuentra la fraga del mismo nombre, también llamada Carballeira de Quiroga. Monumento Natural desde el año 2000, es un bosque mixto de castaños y robles que alberga algunos de los ejemplares más altos de Europa. En el pazo de Quiroga Pardo Bazán escribió parte de sus "Pazos de Ulloa".
