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El maestro que dejó una profunda huella

Clubes, técnicos y judokas rinden homenaje a Luis de Frutos, pionero a nivel nacional l Fue campeón de España en ocho ocasiones y olímpico en Montreal 76

Luis de Frutos, antes de un torneo. FdV

El Maestro José Luis De Frutos Molinero se inició en la disciplina del judo en Madrid a los 14 años de la mano del maestro Antonio Burrieza y en 1967 se proclamó por primera vez campeón de España. Sin embargo, la verdadera historia de De Frutos empezó en 1969 cuando viajó a Barcelona para participar en el Campeonato de España. Terminó proclamándose campeón de los pesos medios. En ese momento tomó una decisión que marcaría toda su vida: dejaría su trabajo de mecánico en Renault y se dedicaría profesionalmente al judo. De Frutos tenía 20 años y todo un mundo por delante.

Como competidor vivió la época de los judocas soviéticos con los que De Frutos tuvo muchos enfrentamientos, especialmente en los Campeonatos de Europa. Nunca llegó a subir al podio.

En 1975 ganó por octava vez el Campeonato de España y empieza a preparar los Juegos de Montreal 1976. Perdió la medalla de bronce con el yugoslavo Obadov y se clasificó en cuarto lugar después de derrotar a tres importantes competidores. A pesar de todo, la Federación Española de Judo le premió con la Medalla de Plata al mérito deportivo por ser el judoka español que más lejos había llegado hasta ese momento en una competición de tal envergadura. Fue el mejor resultado en judo en unos Juegos Olímpicos en la categoría masculina hasta 1996.

En 1978 abandonó la competición para dedicarse por completo a la enseñanza y a la preparación de futuros deportistas de élite. Colaboró activamente en gran cantidad de proyectos y fue asistente técnico del Maestro Antón Geesink. Fue profesor directo del actual Presidente de la Federación Gallega de Judo, Mario Muzas. De su mano como director deportivo fructificó su relación con Galicia y con el judo gallego en el año 1992. Su relación y vinculación fue tal que en su último curso impartido en Galicia llegó a decir que a pesar de no haber nacido aquí él se sentía gallego por los cuatro costados.

Durante 15 años trabajó, formó y sobretodo ilusionó a técnicos y deportistas gallegos convirtiéndose en un referente por su filosofía de trabajo, su sistema pedagógico y sobre todo por su manera de entender y explicar el Judo que podemos resumir en estas frases, Sin trabajo en equipo no hay éxito, sin método no hay progreso y si lo fácil lo haces difícil, lo difícil te resultará imposible.

Estuvo muy vinculado al club Famu de Vigo desde su fundación en 1988, del que formó parte como dirigente a partir de 1990 junto a Luis Soria, Francisco Soria, Mario Muzas y Francisco Covelo. De su mano y enseñanzas aprendieron no solamente todos los profesores que en la actualidad forman el club sino varias generaciones de deportistas entre los que destacaron los hermanos Romero Azpitarte, Marcial, Miguel y María, y Carlos Montero actual entrenador personal de la judoka María Bernabéu, primera medalla mundial absoluta del club vigués y futura 1primera representante olímpica en este deporte en la categoría femenina de Galicia.

El maestro De Frutos destacó como deportista y como entrenador pero sobre todo por su sistema de enseñanza pedagógico, su idea de adaptar el judo a la persona y no al revés le permitió elaborar un método progresivo que tiene como propósito facilitar a través del proceso de enseñanza un aprendizaje mejor y más fácil. Una forma divertida, pero responsable de aprender judo donde la actitud l y la educación son fundamentales, una filosofía especial que queda reflejada cada año con la celebración de la Fiesta del Judo en nuestra ciudad y que desde el año 2006 lleva su nombre.

Consciente de que las cosas no cambian a mejor por si solas, trabajó duro junto a los profesores del club hasta convertirlo en el mejor de Galicia y sentó las bases del judo gallego que aún ahora sigue recogiendo los frutos de su labor.

Su mayor mérito sin duda ha sido hacer entender la importancia de la amistad, del trabajo en equipo y de que con humildad, constancia y tesón todo se puede conseguir por eso fue reconocido y conocido como "El maestro" O "Sense" (término japonés que designa a un maestro, un sabio o a una persona docta) grado y categoría que no se consigue con un examen sino con el respeto y la admiración de tus alumnos y compañeros.

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