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Javier Pena camina hacia la integración de pintura, escultura y arquitectura

Las últimas obras de su serie "2D 3D" se exponen en la sala Apo´strophe hasta el 26 de mayo

Javier Pena, con una de sus obras. // Marta G. Brea

Continúa Javier Pena inmerso en ese proyecto artístico al que bautizó como "2D 3D" y cuyas últimas obras se pueden contemplar en la galería Apo`strophe (Centro Comerical Plaza Elíptica) hasta el 26 de mayo.

Artista de camino más que de obras, el miembro del movimiento Atlántica considera más importante que el éxito de una pieza puntual, "el trayecto que recorre el artista: coherente y circulando por un proceso permantente de análisis y reflexión que es el que te va indicando hacia dónde continuar".

En el caso de "2D 3D", el camino comenzó hace casi un lustro como un viaje conceptual de ida y vuelta desde el cuadro bidimensional hasta el objeto escultórico, en el que juega con los mecanismos visuales que regulan la percepción intentando provocar al espectador al sugerirle sensaciones tridimensionales que en realidad no existen.

El germen lo encontró en la serie "Construcciones", obras pictóricas creadas con fragmentos de madera reciclados. "Viéndolas, me di cuenta de que la parte posterior de la obra era tan interesante como la delantera: contenía la verdad del proceso constructivo, generando una armonía".

Mostrarlas de pie les dio un carácter escultórico que Pena quiso investigar desde cero porque "la escultura no era mi disciplina", aclara.

Jugando con las intersecciones y el espacio generado y volviendo al plano desde las tres dimensiones, fue creando las primeras piezas sin dejar de analizar sus posibilidades. "He ido depurando la técnica, porque estas obras funcionan cuanto más impecable sea la elaboración. También me he dado cuenta de que es interesante darles grosor, ya que así cogen volumentría, sensación de peso".

Los recursos utilizados son los mínimos. "Precisamente ahí está la gracia y la dificultad: sin utilizar recursos de la pintura clásica como las sombras arrojadas, consigo engañar al ojo".

En estos años de reflexión sobre los conceptos de apariencia y realidad, el artista hace cumplir a sus obras, además de las leyes de la estética, las de la estática, "leyes propias de la arquitectura, disciplina de la que provengo. Me aproximo así a la integración de pintura, escultura y arquitectura".

El que fuera presidente del Colegio de Arquitectos entre 1979 y 1983 sigue subiendo infatigable por la paradoja de la escalera de caracol. "Por más que subes, siempre te parece que pasas por el mismo punto. Sin embargo, pasas a una altura distinta cada vez, incorporando el esfuerzo de subir que en este caso son los conocimientos, la experiencia, las reflexiones€ Es lo que te permite contemplar otros paisajes, otros horizontes, descubrir territorios inexplorados, que al fin y al cabo es el objetivo de todo artista", apostilla.

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