La violencia machista, la pederastia, la locura, la esclavitud, el asilamiento por el mal uso de las tecnologías... El siglo XXI soporta sus propios horrores y miedos, algunos heredados de las centurias anteriores, otros de nuevo cuño. De doce de estas lacras muestra su visión más personal el fotógrafo Kame González en la exposición "Encadenados", que alberga la Casa da Xuventude (López Mora, 31) hasta este sábado.
"La motivación que hay detrás de esta serie es, sobre todo, el hecho de que temas tan crudos se hayan vuelto tan comunes hasta el punto de normalizarse. Los vemos a diario en las noticias, en la vida cotidiana y ya no sorprenden a nadie. Es una decrepitud de la sociedad a la que yo, personalmente, no le encuentro un por qué", afirma.
Desde el punto de vista formal, detrás de "Encadenados" hay una producción muy cuidada, que se ve reflejada, sobre todo, en la escenografía. "Mi intención era escenificar estos 'horrores' dende un punto de vista conceptual y artístico. Algunas imágenes son más crudas que otras, más viscerales, pero en todas he buscado el impacto visual", explica el fotógrafo.
Profesional todoterreno, Kame González ha tocado todos los palos de la fotografía, aunque confiesa su especial preferencia por la conceptual, de la que es buen ejemplo esta última exposición. "Es donde más a gusto me siento, donde puedo coger una idea y, a partir de ella, crear unas imágenes".
Imágenes oscuras, algo siniestras, que responden a una estética muy concreta. "Intento que tengan un toque cinematográfico. Siempre me han gustado los thrillers psicológicos, el cine de terror... y me gusta tocar esa vena un poco 'rarita'", apostilla.
