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El Muíño do Carregal aguarda por su reapertura

Sus propietarios exigen a la Sociedade Concesionaria Novo Hospital de Vigo que complete las obras de recuperación

Su estado durante la construcción del Álvaro Cunqueiro.

A pocos metros del Hospital Álvaro Cunqueiro, a orillas del río Barxa, se levanta el Muíño do Carregal. Durante décadas, ha sido utilizado por medio centenar de familias para moler el grano, una labor que tuvieron que interrumpir cuando comenzó la construcción del nuevo centro hospitalario y que todavía no han podido retomar.

"Al inicio, cuando vinieron los agrónomos a medir el área para los trabajos, se les indicó la presencia del molino y tomaron nota, pero no se nos tuvo en cuenta y nadie se puso en contacto con nosotros", explica Javier Rivera, uno de los propietarios.

Durante las obras, la zona quedó incomunicada, lo que llevó a los comuneros a manifestarse, una actuación que no tuvo ninguna repercusión. "Viendo que no podíamos acceder, que no se podía hacer el mantenimiento adecuado ni las dos limpiezas anuales del río necesarias para que el molino funcione correctamente, empezamos a hablar con Galaria, la Xunta, la delegada del Gobierno... Finalmente nos pidieron que esperásemos a que finalizara la construcción del hospital y así lo hicimos", señala Rivera.

El Álvaro Cunqueiro se inauguró el pasado verano. Para entonces, el molino se había deteriorado por la falta de cuidados y la maleza había invadido el entorno. En ese momento, la Sociedade Concesionaria Novo Hospital de Vigo puso en marcha el proyecto de recuperación del molino y adecuación de su entorno, cuyo autor es el arquitecto Sebastián Ríos Ernst.

"Una vez aprobado por la Xunta, se nos dice que las obras empezarán de inmediato y que nos va a dar tiempo a hacer la molienda de este año. Pero no ha sido así: empezaron a trabajar en el mes de septiembre y durante apenas dos semanas", apunta el portavoz de los propietarios.

Éstos exigen que se cumpla el proyecto de rehabilitación en su totalidad. "Han limpiado los canales a medias; el modelo de teja no se corresponde con la aprobada, que era envejecida para cumplir con las normas de Patrimonio; falta la limpieza de la balsa de agua...", relata Rivera, quien explica que otro de los problemas con los que se encuentran es que no pueden acceder con el coche. "Lo único que queremos -continúa- es que finalice la rehabilitación al completo. Más de cincuenta personas hacemos uso del molino y nuestra intención es crear una asociación, para reclamar en caso de que queramos pedir una indemnización pero también para ampliar el uso que le damos, por ejemplo organizando visitas escolares".

En la última comunicación que han mantenido con la Sociedade Concesionaria Novo Hospital de Vigo se les solicitó que fueran a recepcionar el molino. "Les hemos dicho que no vamos a dar el visto bueno a la reforma sin saber si funciona o no funciona y sin ver que la obra está completamente acabada conforme al proyecto aprobado", afirma Rivera, que mañana mantendrá una reunión con el representante de Novo Hospital de Vigo. "A ver qué sucede", apostilla expectante.

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