Colchas, mantas, camisetas, muñecos, bolsos, prendas y complementos para bebés, manteles, piezas para la cocina y artículos de decoración diversos son algunos de lo objetos que llevan confeccionando durante todo el año las ocho alumnas del taller de patchwork de la asociación La Sal de la Tierra para vender en el mercadillo solidario que abrirá sus puertas un único día, el próximo 17 de diciembre en horario de 10 a 20 horas, en un bajo situado en la calle Manuel de Castro, número 9.
Bajo la supervisión de su profesora Maica Cantalejo, esposa de José Moracho, director de esta asociación, el taller lleva funcionando poco más de tres años, con una máquina de coser en el comedor social y apenas tres alumnas. Ya el año pasado el volumen de participantes ascendió y se convocó la primera edición, que resultó ser un éxito, por lo que los responsables de la asociación La Sal de la Tierra han decidido repetir.
En esta ocasión, el dinero recaudado se destinará a crear un fondo de emergencia para las familias usuarias del comedor social de la asociación, mientras que el año pasado se envió como ayuda para la construcción de un colegio en Guinea Ecuatorial . "Hasta ahora sólo hemos dado comida y cualquier aumento en la demanda como el que se está produciendo actualmente no nos afecta, pues siempre podemos estirar los alimentos", comenta Ruth Millán, voluntaria del colectivo. Sin embargo, el cambio en el perfil de beneficiario del comedor social (cada vez se registran más familias afectadas por el desempleo) les ha llevado a plantearse la prestación de ayuda económica para casos urgentes, como pago de facturas domésticas o alquiler de la vivienda, entre otras cuestiones. Los compradores que adquieren un artículo superior a 30 euros entrarán en un sorteo de una colcha confeccionada entre todas las alumnas de patchwork. El número ganador se publicará e la web de la asociación (www.lasaldelatierra.org)
Las piezas a la venta estarán marcadas con un precio fijo (el año pasado las de gran formato salieron a subasta). "Son artículo valiosos, con muchas horas de dedicación y esfuerzo", explica Ruth Millán, quien añade que además de adquirir algo de su gusto, el comprador colaborará en una iniciativa solidaria.
Nacida en 1990 en Alicante, La Sal de la Tierra lleva funcionando en Vigo desde 1994 y cuenta con una tercera sede en Madrid. La asociación nació como una iniciativa de personas rehabilitadas del consumo de drogas que buscaban alternativas para ocupar el tiempo libre y disponer de un espacio de reunión. Lo que comenzó como una cafetería sin bebidas alcohólicas se transformó en asociación juvenil de tipo benéfico y más tarde en un comedor social. Vinculada a la iglesia evangelista, la asociación realiza además talleres ocupaciones y se sustenta llevando a cabo diverso trabajos como portes, limpiezas de pisos y locales, pintura, restauración de muebles y antigüedades y venta de artículos de segunda mano. Su sede principal está en la calle Manuel de Castro, donde se ubica el comedor social y la oficina de atención e información. Cuenta también un dos rastros benéficos, en las calles Balaídos y Torrecedeira.
