Hasta el próximo 28 de mayo, las paredes de la sala de exposiciones de la Casa del Libro rezuman impresionismo de la mano de los paisajes de Carmen García Recamán y Manuel I. Justel.
Ambos pintores muestran, en la que es su primera exposición conjunta, una treintena de lienzos al óleo pintados con espátula, una técnica que favorece el carácter impresionista de las obras. "Trabajamos con los colores primarios -amarillo, rojo y azul- y a partir de su mezcla con la espátula creamos los demás", describe Justel, para quien esta técnica permite "una mayor soltura, amplitud y versatilidad". "La espatulada permite trazados más potentes que la pincelada", añade García Recamán.
Las obras realizadas con espátula son para contemplar con un poco de visión lejana, a una distancia de tres o cuatro metros para captar su color, intensidad y claroscuros, ya que si se ven desde muy cerca no se distinguirán más que manchas.
La totalidad de los óleos expuestos son paisajes, en su mayoría gallegos. "Es una temática muy agradecida que se presta mucho a la técnica de la espátula por los contrastes de colores", apunta García Recamán.
La artista, enfermera jubilada el año pasado, lleva pintando desde hace veinticinco, y sus obras se han expuesto en las muestras anuales del CHUVI. Por su parte, Manuel I. Justel lleva pintando desde la niñez. Pariente lejano del gran pintor gallego Parada Justel, su afición lo ha acompañado a lo largo de toda su vida y es ahora, ya prejubilado, cuando se ha puesto a pintar "con más ahínco y ganas", siempre dispuesto a dejarse guiar por los consejos de grandes de la pintura gallega como Antón Abreu, Barreiro, Pousa, Xavier Magalhaes o Santiago Montes.
