Me declaro inocente de los delitos que se me imputan". El acusado de matar a Sara Alonso se acogió ayer a su derecho a pronunciar la última palabra en la vista oral que se celebró contra él para negar la autoría del asesinato y violación de la joven viguesa. Apenas un minuto antes de que el juicio quedase visto para sentencia, Marcos Antonio da Silva manifestó ante el tribunal que confía "en la justicia de este país". "Tarde o temprano se va a hacer justicia", declaró el joven brasileño, que en la primera jornada de la vista oral se había negado a declarar porque consideraba que su abogado no estaba preparado para defenderlo. En la última frase de su intervención de ayer, precisamente, se disculpó ante este jurista: "Quiero agradecer el trabajo de mi abogado", afirmó.

El juicio celebrado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincia concluyó sin que ninguna de las partes modificase sus conclusiones. La fiscal, que sólo introdujo un pequeño cambio en un apartado de su escrito, mantuvo su petición de 30 años de cárcel por los delitos de asesinato y violación, así como una indemnización para la madre de la víctima de 60.000 euros. Mientras, el abogado de la acusación particular, que le imputa también un delito de detención ilegal, elevó a definitiva su solicitud de 46 años de prisión y de 250.000 euros de indemnización. La defensa reclamó la absolución al considerar que "no existen pruebas ni indicios suficientes" que acrediten que el acusado participó en el crimen.

A juicio de la fiscal, Da Silva asesinó y violó a la joven. La representante del ministerio público, en el transcurso de su intervención, relató que la noche del 18 de septiembre de 2004 el joven, aprovechándose de que Sara era su amiga, la invitó a subir a su piso y la agredió sexualmente "contra su voluntad".

Aturdida e indefensa

A continuación, según su relato, le dio un golpe en la boca, lo que la dejó "aturdida" e "indefensa". Añadió que este momento fue aprovechado por el joven para golpear la cabeza de la camarera contra el suelo. Considera que actuó con alevosía."Con absoluto desprecio por su vida, le causó la asfixia para asegurar su muerte", expuso. Esta asfixia, concretó, la lograría haciendo "una fuerte presión sobre su boca".

La fiscal, que recordó que el joven intentó infundir sospechas en otras personas, dijo que "hay tantas pruebas objetivas y tantas contradicciones en el acusado que no merece ninguna credibilidad". Así, destacó su "actitud" en la instrucción del caso, cambiando de versión conforme conocía las pruebas que lo incriminaban.

En este sentido, calificó de importantes las pruebas periciales, que constatan que había restos de semen y sangre de Marcos en el tanga de la joven y también que había sangre de la víctima en la casa del acusado y en el coche que usó para trasladar el cadáver. En referencia a la prueba testifical, señaló que todos los testigos afirmaron en el juicio que esa noche la víctima y el acusado se fueron del pub y que éste ya no volvió. No concluyó su exposición sin insistir en la "frialdad de ánimo" del reo, al tener el cadáver un día en su domicilio estando su mujer allí, así como su "absoluta serenidad": "Nunca se vino abajo".

La acusación particular destacó, por su parte, que Marcos ya había sido "rechazado" con anterioridad por la víctima y que la "brutalidad" de los golpes causaron en Sara "gran sufrimiento".