Auténticos polvorines ilegales distribuidos en un radio de apenas 300 metros de la pirotecnia claususurada judicialmente ocultaban más de 1.750 kilos de material explosivo que ayer fue intervenido por la Guardia Civil. La nave de la casa familiar de su esposa en Paramos no era el zulo que utilizaba el pirotécnico Francisco González Lameiro. Las denuncias vecinales llevaron ayer a los investigadores a otros dos galpones clandestinos donde habitualmente almacenaba explosivos, situados también entre numerosas viviendas. González Lameiro estuve presente en ambos registros pero no fue detenido, ya que la infracción conlleva, en principio, tan solo una sanción administrativa

En el primer galpón, a tan solo cien metros del taller de su negocio precintado en Baldráns, los artificieros del Tedax localizaron 600 kilos de explosivos, 475 kilos de pólvora y otros 120 de material de pirotecnia preparado para su distribución en el mercado. El segundo almacén ilegal se sitúa en un antiguo depósito de angulas en la zona de "Las Pólvoras" , también cerca. En su interior se interinieron 1.500 kilos de materia prima para la preparación de pólvora: azufre y nitrato de potasio, sobe todo, muy similar al que causó la catástrofe. Muy cerquita del lugar, acordonado por la Guardia Civil durante toda la jornada de ayer, está el supermercado Alimentación Álvarez, situado en una zona de numerosas viviendas. Además, se incatuaron de 11 kilos de productos terminados y preparados para ser disparados.

Pirotecnias La gallega SL tiene su sede clausurada en Baldráns, pero al parecer surtía de petardos y fuegos artificiales a varios clientes, incluido el propio Concello de Tui. Desde que la explosión en Paramos hizo saltar por los aires el barrio de A Torre, con dos muertos, decenas de heridos y un centenar de casas destruidas, los vecinos están aterrados con que pueda ocurrir algo parecido en otro lugar y sospechan que todavía puede haber más almacenes clandestinos.

Francisco González Lameiro, investigado por los delitos de riesgo catastrófico, dos homicidios por imprudencia, lesiones y daños, se "olvidó" de declarar en el juzgado que tenía otros polvorines ilegales distribuidos por su parroquia. El juez de Instrucción 1 de Tui le dejó el viernes pasado en libertad, aunque el fiscal había solicitado su ingreso en prisión provisional.

En la pirotecnia de Baldráns dos cámaras controlan los accesos. "Veían venir a la Guardia Civil y a la Policía local, por eso no les cogían trabajando", asegura Francisco Gómez, el vecino que consiguió clausurar judicialmente la pirotecnia. "La culpa la tiene la Guardia Civil, porque denuncié la situación al responsable de Explosivos y los alcaldes que no ejecutaron la sentencia", dice.

El arquitecto municipal de Tui, Javier Antoñón, manifestó ayer en plena zona cero de la explosión que el pasado mes de noviembre realizó una inspección en la pirotecnia de Baldráns. "Se comprobó que no había nadie trabajando, pero no había precintos en la instalación y es una cosa fundamental. Desconozco porque no se colocaron. En mi informe, indico que llegó una furgoneta de la empresa, cuya actividad seguía clausurada y no podía trabajar mientras no estuviera autorizada. No hay nada mejor que precintar"