La explosión de un almacén clandestino de pirotecnia llevó ayer tarde la tragedia a Tui. El estallido causó la muerte a una mujer, cuatro desaparecidos y una treintena de heridos, de ellos siete menores, y arrasó más de una veintena de casas. Al menos otro centenar de viviendas resultaron dañadas por la onda expansiva.

El polvorín estaba en una nave anexa a una casa de Paramos sin licencia para esa actividad. El propietario de la pirotecncia, cuyo taller había sido precintado en septiembre, fue detenido por homicidio imprudente y estragos públicos.

Ventanas reventadas, persianas estalladas, puertas completamente rotas, tejados que perdieron gran parte de sus tejas... Y esto solo en el mejor de los casos. Porque al menos una veintena de casa solo conservan el solar: ni paredes ni vigas, solo un resquicio de lo que eran. A vista de dron se podía comprobar la bravura de la onda expansiva: miles de ladrillos esparcidos por los suelos que se enredaban con cartuchos de pólvora y cientos de recuerdos. Y es que al menos una veintena de familiar perdieron sus casas.

"Se nos cayó el techo encima y vi a mi hija con el pelo ardiendo". El horror de una superviviente describe los minutos posteriores al estallido mortal que se sintió en media provincia. Estos ocho testimonios son buena cuenta de ello:

Carmen Alén: "La mujer pidió auxilio pero no pudimos hacer nada"

Carmén Alén, vecina de la zona afectada, salvó la vida gracias a que "quedó un bloque encajado que cayó del techo y me quedó allí la cabeza"."Nos habíamos tumbado en el sofá mi marido y yo después de comer cuando sonó el estruendo y pensamos que era el fin del mundo", contaba Carmen minutos después de evacuar su vivienda, la cual asegura que "le cayó encima y después empezó todo a arder". Ella salió ilesa "de milagro" pero su esposo tuvo que ser trasladado en ambulancia para recibir atención médica aunque no se temía por su vida.

Antes de ser auxiliada Carmen Alén presenció una imagen que jamás olvidará, vio como su vecina, una mujer de 40 años de origen marroquí, se quemaba viva. "La magrebí pidió auxilio y gritaba pero no pudimos hacer nada por ayudarla. Vimos cómo se quemaba" se lamentaba Carmen, muy afectada por el cariño que le tenía a su vecina, de la cual dijo que "era muy buena con nosotros siempre".

TESTIMONIO | "Estábamos en la cocina y se nos vino el techo encima"

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Sonia Alén, una de las afectadas habla del caos

Sonia Alén: "vi a la niña con el pelo y la espalda quemada"

"Fue tan de repente que solo pude cubrirme la cabeza con las manos y esperar a que parase". Todavía nerviosa y con restos de ceniza y hollín que no hacían más que evidenciar la tragedia vivida hacía escasos minutos, Sonia Alén, vecina de Paramos relataba los traumáticos hechos que la dejaron, junto a su familia, sin casa.

Y es que su domicilio se encontraba muy próximo a la nave donde se produjo la detonación. "Nosotros estábamos en casa y escuchamos un sonido horrible. Se me vino el techo encima y lo único que quería era saber dónde estaban los niños", recuerda asustada Sonia. Su primera imagen tras el estallido fue el de su hija herida. "La niña corrió hacia mí y vi q que se le estaba quemando la cabeza y también tenía la espalda quemada", lamenta esta vecina.

Severino Fernández: "La onda expansiva me levantó por el aire"

Severino Fernández lleva media vida al frente del bar As Rodas en Paramos. "El bar estaba lleno, la gente jugando la partida y arriba los niños. Afortunadamente no hay heridos, el único fui yo (dice mientras muestra unos rasguños). En la planta de arriba la única ventana que estalló fue la que estaba cerrada, pero abajo los destrozos son numerosos.

"Yo estaba fuera fumando un cigarrillo y la onda expansivo me levantó por el aire, creí que era un terremoto", explica este hostelero a quien acompaña su nieto. Entre cristales que cubren el suelo del restaurante Severino trata de mantenerse sereno. "Lo peor son los heridos, y pro supuesto si hay fallecidos. Esto se arreglará con el seguro, explica para tranquilizar a su nieto. Y es que desde las tejas del techo a las puertas del baño, todo ha saltado por el aire.

María del Carmen Pérez: "Nos quedamos solo con lo puesto"

Todavía con la angustia en su mirada y el cuerpo tembloroso, María del Carmen Pérez se reunió con otros vecinos en el bar As Rodas, también seriamente dañado por la explosión. "Mi madre, mi hija, ni nieta, mi yerno... Nos quedamos todos con lo puesto, gracias que salvaron la vida", reconocía esta vecina de Paramos.

Su relato de los hechos estremece de tal manera que un escalofrío la recorre cuando vuelve a rememorar el suceso que ha puesto su vida patas arriba. "Yo noté el sonido, horrible, y luego una ventana que saltó casi me golpea la cabeza, pasó por encima de mí. Cuando salí de la habitación ya vi cómo el techo y el tejado cayéndose. Gracias a Dios nos salvamos todos, es increíble", rememoraba María del Carmen Pérez.

Explosión en Tui (Pontevedra) | La devastación en la "zona cero" de la catástrofe, a vista de dron

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Estefanía Pérez: "Mi marido no nos localizaba y se imaginaba lo peor"

"Afortunadamente estamos todos bien, volvimos a nacer", cuenta Estefanía Pérez, una de las vecinas que perdió su casa. Fani estaba peinando a su hija cuando salió disparada por una onda expansiva. A la niña no le pasó nada "porque le cayó un sofá encima y la salvó".

En casa estaban ella, su hija, su madre y su suegra, y, aunque ninguna sufrió daños, de la vivienda solo quedan las paredes. "Lo primero que hice fue coger a la niña y comprobar que mi madre y mi suegra estaban bien, después corté la corriente para intentar salvar la casa, aunque fue imposible porque empezó todo a arder" recuerda Fani.

Su marido estaba de camino a Paramos en el momento de la explosión y cuando llegó a la vivienda se encontró con todo totalmente destruído. "No nos localizaba y ya se imaginaba lo peor, le dio un ataque de ansiedad. Después nos vimos abajo, en la carretera, y nos empezamos a abrazar y a llorar", concluye.

Antonio López: "Reventaron todas las lámparas y los cristales "

Antonio López estaba durmiendo la siesta cuando estalló el almacén de material pirotécnico que se encontraba a menos de cien metros de su vivienda. "De repente reventaron todas las lámparas y los cristales de las ventanas pero a mi no me pasó nada", explica Antonio, quién fue más tarde desalojado por motivos de seguridad.

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Loli González: "Menos mal que no estábamos en casa"

Loli y su familia no estaban en casa en el momento en que el estruendo destrozó parte de su vivienda. Cuando llegaron se encontraron con cristaleras destruídas, ventanas rotas, halógenos reventados y puertas resquebrajadas. "Menos mal que no estábamos en casa porque si no con todos los cristales que estallaron estaríamos heridos" cuenta Loli.

María Casaleiro: "Mi hermano y yo venimos como voluntarios"

María Casaleiro y su hermano no lo dudaron. Vieron la columna de humo y notaron la onda expansiva, así que se pusieron en marcha. Ambos tienen experiencia como voluntarios, su hermano es técnico sanitario y ella acompañó a las víctimas que lo han perdido todo y repartió agua entre los numerosos vecinos que se concentraban en las inmediaciones del cordón de seguridad fijado por la Guardia Civil.

"Estaba en la residencia de estudiantes en Vigo y noté el temblor. Me enteré de que había una explosión grande en Tui, y me vine para aquí. En el centro del pueblo, desde el mirador, vimos que era en Paramos y cogimos el coche sin dudarlo y nos vinimos a ayudar", explicaba María mientras repartía botellas de agua bajo un sol abrasador y un ambiente lleno de humo.