La Policía ha descubierto una nueva casa de los horrores en California. Diez niños convivían en una vivienda en "condiciones horribles" junto a sus padres entre basura, alimentos podridos y heces. Es lo que se encontraron los agentes de la policía de Fairfield cuando inspeccionaron la vivienda tras hacerse cargo de la desaparición de uno de los menores. Al dar con él, durmiendo en la calle bajo un arbusto, y devolverle a su hogar, encontraron a sus nueve hermanos con un panorama desolador.

Los padres se encuentran detenidos. La madre, identificada como Ina Rogers, de 30 años, ha sido acusada de negligencia infantil. Al padre, Jonathan Allen, de 29 años de edad, se le acusa de nueve cargos de tortura y seis de abuso de menores. Mientras, los niños, con edades comprendidas entre los cuatro meses y los 12 años, se encuentran bajo custodia de los Servicios de Bienestar Infantil del Condado de Solano.

Fue la desaparición del hermano mayor lo que desencadenó el caso. Como informan las autoridades en un comunicado recogido por los medios de comunicación norteamericanos, los agentes destaparon "una larga y continua historia de abuso físico y emocional grave hacia los niños", que vivían "en la miseria y en condiciones inseguras". Por su parte, NYDailyNews asegura que los detenidos torturaban a sus 10 hijos "con fines sádicos". De hecho, los menores presentan heridas punzantes realizadas con una pistola de perdigones, quemaduras y hematomas.

La pareja ha negado todos los cargos, pee a que los pequeños tenían todo tipo de heridas. La oficina del aguacil en el condado de Solano ha comentado que cuando los niños fueron rescatados se sorprendieron de lo "asquerosa e insalubre" que estaba la casa. La pared de un baño estaba cubierta de pared a pared de excrementos de animales.

La abuela materna de los menores, Wanda Rogers, ha dicho en algunos medios que Jonathan Allen practicaba el "satanismo" y adoraba al diablo. "Él cogía el bebé y le golpeaba en la cara. Le ponía cinta adhesiva en la boca para que se callara", declaró ante los periodistas.