Un vecino de Gondomar, acusado de maltratar y explotar con tareas impropias para niñas de su edad a su hija de 12 años, confesó ayer los hechos para alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, reducir la petición de condena inicial que sumaba penas de 6 años de prisión y evitar la celebración del juicio oral previsto en el Juzgado de lo Penal 2. de Vigo.

J.M.A.R. , tras reconocer los hechos, aceptó una pena de seis meses de prisión por un delito de maltrato habitual; 180 días de trabajos en beneficio de la comunidad por cuatro delitos de maltrato de obra y la asistencia a un programa reeducativo. Donde no hay rebaja es en los 13 años que suman las penas de alejamiento de su hija con la que no podrá comunicarse y a la que no podrá acercarse. Medida que incluye el domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente la adolescente, que en la actualidad tiene 15 años y vive con su hermana.

En septiembre del año pasado fue la propia niña la que acudió a denunciar el infierno en el que vivió durante los dos últimos años en su casa y el maltrato al que la sometía su padre. El Juzgado de Instrucción 7, que abrió las diligencias, dictó de inmediato un auto de suspensión provisional de la guarda y custodia de la menor durante la tramitación de la causa, ante el riesgo de reiteración de los hechos, y nombró defensora de la menor a su hermana mayor, con la que se fue a convivir.

La niña vivía hasta entonces con su padre, su madre y la abuela materna en una vivienda de Gondomar. Según admitió ayer su progenitor, sometió a la niña "de forma reiterada y a lo largo del tiempo" a continuas humillaciones y menosprecios y la golpeó casi a diario por diversas razones.

En todo caso, según el escrito de acusación de la Fiscalía, "desde el año 2015 la obligó a seguir sus indicaciones para que le ayudara realizar trabajos de la casa, ales como levantar postes con grúa, cortar leña, diversos trabajos en el campo en todo caso excesivos para su edad y complexión física, enfadándose si los hacía mal, golpeándola y diciéndole constantemente, con voluntad de humillarla, que no valía para nada y era un monte de merda".

En concreto, hay cuatro casos que el acusado admitió ayer. Así, durante la Navidad de 2016 le mandó a la niña ayudarle a colocar unos postes luz, y le dio puñetazos en la costillas a la vez que la amenazó de muerte y le dio una patada en el costado. Apenas quince días antes, cuando le mandó alzar unos postes para el techo de la cuadra de la finca familiar, la golpeó de nuevo.

Con ocasión de realizar un riego en la finca, también la golpeó con una azada en la espalda. En enero de 2017, el maltratador le golpeó en la cara ay el labio tras una discusión por el teléfono móvil.

La Fiscalía resalta que la menor no acudía en estas ocasiones al médico, por lo que no consta que se le causaran lesiones, y algunos días tampoco acudía al colegio con el fin de que no se conociese a situación de maltrato que sufría en su casa. Finamente la adolescente optó por denunciar los hechos en el mes de septiembre el año pasado, momento en el que se establecieron todas las medidas de protección.

Inicialmente el Ministerio Público solicitaba para J.M.A.R. la pena de 3 años de prisión y la prohibición de acercarse a la adolescente durnte cinco años por un delito de maltrato habitual. Además, pedía por cada uno de los cuatro maltratos de obra la pena de once meses de prisión y dos años de alejamiento. La reducción de penas tras el acuerdo de conformidada alcanzado ayer entre defensa y Fiscalía permitió reducir sensiblemente la pena de cárcel, si bien se mantiene la pena de alejamiento.