La línea que existe en ocasiones entre el abuso sexual o la agresión sexual, es muy difusa y ha quedado patente en la polémica sentencia de la Audiencia de Pamplona.

Es delito de abuso sexual intentar acceder al cuerpo de otra persona sin consentimiento y sin violencia física. Es lo que ocurre sobre los menores de edad, que no pueden prestar por ello ese consentimiento; con las personas con algún tipo de incapacidad y aquellas que están bebidas o drogadas .

En cuanto a la agresión sexual, se trata de acceder al cuerpo de la otra persona para una actividad explícitamente sexual, sin consentimiento y mediante la violencia. Su forma más grave es la penetración, pero no la única.

Conforme explican en la Asociación de Mujeres Juristas Themis, "la regulación en el Código Penal es muy farragosa" y a veces estos delitos se solapan. Las penas tienen también una horquilla "muy amplia". Para las víctimas, sin embargo, no hay tanta diferencia. Conforme explica la psicóloga de la Federación de Mujeres Progresistas Yolanda Mateo, al final "se trata de delitos que dañan un aspecto muy íntimo de la persona" y que dejan secuelas de todo tipo, especialmente sobre la seguridad en uno mismo y la confianza en los demás.