Doce años de cárcel por la muerte de su vecino Carlos Álvarez y otros seis por las heridas causadas con una desbrozadora a su hija Jéssica en manos y cara. Esta es la petición que la Fiscalía demanda para José Luis Viéitez, el vecino del barrio de As Guindeiras (Achas-A Cañiza) que presuntamente atacó a la familia con esta máquina frente a su domicilio tras una discusión. La agresión dejó al padre gravemente herido y tras varios días ingresado en estado de muerte cerebral falleció en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Su hija de 22 años, atacada mientras trataba de defender a su padre, fue operada y su evolución fue favorable.

El representante del Ministerio Público atribuye a Viéitez un delito de asesinato y otro en grado de tentativa y le aplica la atenuante cualificada de trastorno mental, por lo que su petición de prisión se reduce de forma considerable. Por su parte, la acusación particular personada en la causa que instruye el Juzgado de Instrucción e Instancia 3 de Ponteareas no aprecia eximentes y reclama para el presunto autor del ataque 40 años de prisión. Este procedimiento se sigue por la Ley del Tribunal del Jurado.

Los hechos se remontan al 17 de junio de 2017. Según se desprende de la investigación, la relación entre víctima y supuesto agresor arrastraba una larga enemistad con pleitos judiciales incluidos. La casa de la familia Álvarez se preparaba para celebrar la comida de graduación de la joven Jéssica cuando, a raíz de una presunta disputa se produjo un encontronazo entre Carlos Álvarez y Viéitez. El encausado habría seguido a su vecino con la desbrozadora encendida durante al menos 50 metros con la intención de atacarle a lo que su hija le salió al paso y en su intento de defenderle fue presuntamente atacada por el acusado.

Según apreciaron los vecinos, cuando Carlos Álvarez vio a su hija herida se dirigió hacia Viéitez y éste le alcanzó agrediéndole y causándole numerosas heridas con el cabezal de la máquina en su frente y cabeza. José Luis fue detenido ese mismo día en su domicilio, colindante con el de las víctimas.

El juez de Instrucción que dirige la causa ya apreció en un auto de noviembre de 2017 que el animus necandi (intención de matar ) se infiere cuando "el acusado persiguió a Carlos con la desbrozadora encendida, quedando indefenso y malherido el después fallecido, mientras que trataba de huir hasta que cae en la carretera nacional cercana a su casa", y también "de la agresión a órganos vitales tanto de Carlos como de su hija, Jéssica, abusando de la superioridad física que otorga una desbrozadora".

Otro de los argumentos que recalcó el juez es que el propio José Luis reconoce que fue quien agredió a las víctimas "por lo que la conducta material está reconocida, sin perjuicio de las calificaciones que se podrían hacer con posterioridad". El acusado estuvo sin prestar declaración durante meses a raíz de un tratamiento al que estaba siendo sometido.