Transcurridos más de dos años, la investigación judicial por el trágico arrollamiento a un pelotón de ciclistas en la PO-552, en A Guarda, ya llegó a su fin. El Juzgado de Instrucción número 3 de Tui acaba de dictar el auto en el que acuerda transformar las diligencias previas en procedimiento abreviado y atribuye al conductor del todoterreno que causó el siniestro, Manuel B. A.L., que cumplió 90 años este mes, la presunta autoría de 11 delitos: dos de homicidio por imprudencia grave -por los deportistas fallecidos- y nueve de lesiones, también imprudentes -en este caso por los heridos-.

La conclusión de las pesquisas desvela una incógnita que había en la causa. Y es que finalmente la juez no imputa por delito de omisión del deber de socorro. Los deportistas siempre insistieron en que hubo "denegación de auxilio" ya que, tras los hechos, el conductor llegó a parar para a continuación arrancar e irse de allí. El investigado, mientras, justificó que se fue a un restaurante próximo a pedir ayuda. El dueño del establecimiento declaró en sede judicial que cuando el automovilista llegó confesó que "había atropellado a unos ciclistas" e "insistía" en llamar para alertar de lo sucedido. Pese a no incluirse este ilícito en el auto, fuentes jurídicas dicen que ello no impide que Fiscalía o acusaciones particulares, si así lo estiman, formulen acusación por el mismo.

El atropello al pelotón de 14 ciclistas fue un sábado, el del 12 de marzo de 2016. Ese día falleció José Antonio Casás Pérez, Ñito. Casi diez meses después perdía la vida Diego Freiría Fernández, al no superar las graves lesiones sufridas. Mientras, los deportistas heridos, pese a las secuelas que arrastran varios, fueron recuperando la normalidad en sus vidas con la excepción del profesor e investigador José Antonio Vilán. Tiene reconocida una incapacidad permanente absoluta y aún lucha por recuperarse, con rehabilitación. La lenta evolución de los lesionados fue lo que demoró esta instrucción, a la espera de los informes de sanidad definitivos de los forenses.

El auto notificado ayer a las partes hace un breve relato de lo ocurrido a las 11 de la mañana de aquel día. La juez señala que, practicadas las diligencias, hay "indicios bastantes" de la presunta comisión por parte del conductor de los delitos que refiere. Así, indica que el nonagenario conducía el todoterreno Honda CRV por la PO-552, que comunica Baiona y A Guarda, cuando en el kilómetro 43,400, en "un tramo recto en plano ligeramente ascendente con buenas condiciones de visibilidad y meteorológicas", "no advirtió" la presencia del grupo de 14 ciclistas. Los deportistas circulaban por el margen derecho de la vía, "en su senda ciclable y correctamente": iban en columnas de a dos en forma paralela una con otra, "emparejados dos a dos las seis primeras filas y circulando los dos últimos ciclistas en hilera de a uno".

La juez prosigue que "todo apunta" a que el automovilista, "por no percatarse de la presencia de los ciclistas que le precedían en la vía", tras rebasar a los dos que circulaban de últimos, "realizó un posterior atropello múltiple al arrollar sorpresiva y sucesivamente a los siguientes, continuando su trayectoria recta sin cambiar de dirección a pesar de haberse iniciado ya el analizado arrollamiento", causando así el fatídico accidente.

La juez imputa a la compañía aseguradora como responsable civil directa. Y da traslado a fiscal y acusaciones particulares para que insten la apertura de juicio oral, formulando sus escritos de acusación. Contra este auto cabe recurso.