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La investigación judicial del cártel colombiano desarticulado desde Vigo

"Del Loco son 1.000; y 1.102 para El Mono"

El sumario del caso de Los Boyacos revela que los dos capos detenidos lideraban sendos grupos que crearon una "alianza" para traer la cocaína a España, abaratando así los costes

El pase a disposición judicial en marzo de 2017 motivó un amplio dispositivo policial en Vigo. // M.G.Brea

" Entonces coge papel y lápiz para que anotes ese datico ahí; parcero, para que le diga al señor del Loco, de ese dinerito del Loco son 1.000 [...], son 50 costales blancos; y del Mono [son] los 1.102, son los que están con franja azul, la rayita azul [...]" Quien pronuncia estas palabras en una conversación telefónica mantenida el 16 de febrero de 2017 es un individuo con un número de teléfono radicado en Colombia. Y lo que está comunicando a su interlocutor, según revelaría después la investigación judicial, son los pormenores sobre un importante envío de cocaína con destino a España. Un alijo que tenía dos receptores, dos capos colombianos al frente de sus respectivos grupos: Julio Peñaranda Torres, alias El Loco o Visaje, y Ronal Alfredo Roa Aguirre, El Mono. Las pesquisas, desgrana el sumario del caso, desvelaron que formaron una "alianza" para introducir más de 2.000 kilos de droga en España, "logrando abaratar y compartir los gestos de preparación". Después, cada uno dispondría de sus redes para distribuir la mercancía.

Pero el plan que durante tantos meses prepararon se vino abajo en una operación de la Policía Nacional dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, Juan Carlos Carballal: 27 detenidos, entre ellos El Loco y El Mono, y más de 2,4 toneladas de cocaína incautadas es parte del balance de este dispositivo que frenó la pretensión del clan de Los Boyacos de asentarse en España. Transcurrido poco más de un año desde el operativo, la investigación judicial continúa, si bien todo apunta a que pronto cambiará de manos. El juez vigués dictó un auto en el que se inhibe en favor de la Audiencia Nacional al estimar que es el órgano competente. A la espera de la respuesta a esta resolución, los dos capos continúan en prisión provisional. Todavía hay un secreto parcial sobre la causa, motivo por el cual los abogados defensores de ambos colombianos, que no han tenido acceso a todo el sumario, se oponen a la inhibición.

Julio Peñaranda iba a recibir 1.000 kilos de cocaína. Ronal Alfredo un poco más: 1.102. Ese era el colofón del ilícito negocio: la llegada de la droga a España en febrero de 2017. Pero la investigación policial y judicial había empezado mucho antes, con seguimientos y pinchazos telefónicos. Ya en junio de 2016 la oficina de la DEA en Madrid avisó al Greco Galicia de la Policía Nacional: le informó de la "inmediata presencia en España" de Julio, El Loco, para "negociar la importación" de un alijo de cocaína que "sería introducido a través de las costas gallegas". En la causa se señala que este colombiano "sería una de las personas más influyentes en el mundo del narcotráfico" en su país y supuesto integrante de Los Boyacos, cartel con "una red de laboratorios en Colombia y Venezuela" y con el que en su día también habría tenido relación, se apunta en un auto, Daniel El Loco Barrera, uno de los mayores capos mundiales y aliado de narcos gallegos.

La investigación permitió vigilar a Julio Peñaranda en Madrid y Vigo en ese mes de junio de 2016. Aparentó un "viaje familiar", pero preparaba presuntamente la operación de narcotráfico. Y en febrero de 2017, cuando iba a culminar el ilícito negocio, también siguieron sus pasos: en la capital de España y en la ciudad olívica, entre otros lugares. En Vigo se alojó en hoteles, pero también tuvo un piso, en la calle Progreso. En aquellas fechas recibirían la cocaína. Las intervenciones telefónicas permitieron descubrir como, el 13 de febrero, le comunicaron que la mercancía ya estaba en tierra: "Ya los niños están donde julio el gallego". Fue entonces cuando ultimaron la organización de la recogida y distribución de la droga. De forma previa, habían hablado del reparto del estupefaciente entre el grupo de Peñaranda y el de El Mono, que también se desplazó a España y fue objeto de seguimientos policiales. Pero los planes de ambos capos se frustraron y fueron detenidos en Galicia. El 2 de marzo de 2017 ingresaron en prisión.

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