La Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra resalta, en la sentencia contra el vigués que acuchilló en el cuello a su exnovia, la "brutalidad" del ataque de Juan Carlos Fariñas a Mónica, a quien esperó en el portal de su casa y que salvó la vida tras llegar sola andando a Povisa con un cuchillo atravesándole el cuello.

"Se considera esencialmente alevoso el comportamiento sucesivo del acusado buscando evitar cualquier posibilidad defensiva de huida o de auxilio de la víctima, ya que tras clavar y golpear la lleva hasta la planta menos dos del inmueble, en donde, cuando la víctima está en el suelo, poniéndose encima, anulando cualquier posible defensa y buscando asegurar el resultado mortal, le asestó la puñalada en el cuello". Así resume la Audiencia de Pontevedra el ánimo homicida de Juan Carlos Fariñas, condenado a 14 años y 11 meses de prisión, 384.000 euros de indemnización y diez años de alejamiento de su víctima una vez que cumpla la pena, según la sentencia adelantada en exclusiva por FARO DE VIGO.

"La reiteración de los golpes y multiplicidad de heridas que se describen en el relato fáctico, atendiendo a la secuencia temporal y a la mecánica de producción de los mismos no revelan sino que el propósito del acusado era acabar con la vida de la víctima, aunque no se llegara a culminar su propósito, casi inexplicablemente, como refieren los forenses en el plenario", expone el tribunal en su fallo. La Sección Cuarta ve claro el ánimo homicida, a la vez que aplica a Fariñas la agravante de disfraz, pues se vistió de negro e iba encapuchado para que la víctima no lo reconociera, si bien lo hizo por la voz al decirle: "Si no eres para mi no eres para nadie".

La sentencia recoge que Fariñas, que trabajaba al igual que la víctima en el hospital Povisa "después de apuñalar a Mónica causándole una herida idónea para ocasionarle la muerte, la traslada en un vehículo a las proximidades del centro hospitalario", pero en vez de acercarla a Urgencias "que era la única conducta adecuada para salvar su vida, decide abandonar a la víctima en el interior del vehículo, con la puerta cerrada, a más de 30 metros de la entrada de Urgencias, conociendo el estado crítico en que ese encontraba, ya que había perdido tal cantidad de sangre que se desvaneció varia s veces en el recorrido y no tenía fuerzas ni para accionar el claxon". El tribunal sostiene que solo "el esfuerzo titánico y la actuación vital de la víctima, que consigue abrir con el pie la puerta del vehículo y arrastrarse hasta Urgencias de Povisa" determina que no se produzca la muerte.

El fallo resalta, entre otros testimonios incluido el de la propia Mónica, el del médico del box de Urgencias: "lo primero que me dijo es que tenía una niña pequeña y que quería que la salvasen". Añadió que quien la agredió "fue Juan Carlos". Estaba consciente y relató al médico que Fariñas la esperaba en el portal de su casa y la llevó a una zona sin defensa, le pegó puñetazos y la acuchilló.

En los fundamento s de derecho se valora el comportamiento del acusado antes y después de abandonar a la víctima. Cuando los policías llegaron a a su casa a detenerle, estaba hablando por teléfono sobre fútbol, duchado y con el baño fregado. Aunque no le contaron nada, dijo a los agentes que "sentía" lo que le hubiese pasado a Mónica.