La Audiencia de Pontevedra ha ratificado la condena de casi 4 años de prisión a una joven que, días después de concluir la relación con su pareja -a quien le impusieron una orden de alejamiento por una falta leve de maltrato-, le suplantó en su Facebook y se dirigió amenazas a sí misma haciéndose pasar por él, denunciándole a continuación en Comisaría por presunto quebrantamiento.

Mientras tanto, su víctima denunciaba en el cuartel de la Guardia Civil que alguien se hacía pasar por él. "Teniendo en cuenta el grado de confianza y amistad fruto de mi relación con mi expareja y que ésta ha podido acceder a mi perfil de Facebook, tengo sospechas que la autoría de ese mensaje lo hubiera realizado ella misma, con ánimo de causarme un gran perjuicio, dado que no se explica que no habiendo sido yo pudiera aparecer un perfil en el que se me atribuye su autoría".

Los expertos telemáticos de la Benemérita descubrieron que la chica tenía las claves de su ex y que había entrado con ellas en Facebook. También descubrieron que el IP desde el que e accedió a la cuenta era de un ordenador situado en casa de la madre de la joven.

El tribunal provincial sostiene que la acusada pretendía perjudicar a su expareja, para quien el fiscal llegó a solicitar un año de prisión como presunto autor de un delito de amenazas leves, agravado por el quebrantamiento de la pena de prohibición de comunicarse con ella, si bien finalmente se acordó el sobreseimiento provisional del caso al detectarse la falsedad de la denuncia pro parte de la mujer.

El fallo establece que "la acusada, sin conocimiento ni autorización de su expareja, haciendo uso de la clave de acceso que conocía fruto de la confianza que había presidido su relación de pareja mientras duró", entre los días 1 al 7 de mayo de 2015, accedió al perfil de Facebook del chico "para conocer las conversaciones que mantenía con terceras personas". Allí se hizo con el teléfono de una amiga del joven y usando el teléfono de su madre la joven le envió mensajes por WhatsApp. Después, desde el chat de dicho Facebook se envió al suyo otro en tono amenazante.

Inicialmente tanto la madre como la hija fueron juzgadas, si bien finalmente se absolvió a la progenitora al no considerarse acreditado que tuviera "más intervención en estos hechos que el tratar de encubrir a su hija".

A la joven se la condena por un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos, concurriendo la agravante de abuso de confianza, en concurso medial con un delito de denuncia falsa. Se le impone una pena de 3 años y ocho meses de prisión y una multa de 3.960 euros. Además, debe indemnizar a su expareja y víctima en 7.702,96 euros.