El juez de Almería Rafael Soriano asegura en su auto de prisión de Ana Julia Quezada, la mujer de 43 años y origen dominicano acusada del asesinato de Gabriel Cruz, cavó un hoyo "previamente" a la muerte del menor y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero.

Según el auto del juez, Ana Julia, que está en prisión por asesinato, detención ilegal y un delito contra la integridad moral, trazó un "macabro plan criminal" y luego se intentó dotar de una coartada --que hubo una discusión previa con el menor--, que tanto la Guardia Civil como el propio juez instructor desmontan en base a las pruebas recabadas. Entre estas pruebas figuran "expresiones vejatorias" vertidas por la asesina confesa contra el menor.

Según la sucesión de los hechos, el 11 de marzo la detenida fue a la finca de Rodalquilar para desenterrar el cadáver de Gabriel "con la intención de deshacerse del cuerpo en un invernadero". Según La Vanguardia, los agentes de la Guardia Civil, que habían colocado micrófonos en el vehículo en el que circulaba la asesina confesa, ésta profirió insultos contra el niño. Unas "expresiones vejatorias" que según el magistrado revelan junto a las pruebas recopiladas "una falta de sentimientos y humanidad que ella misma ha calificado, que, de ser ciertas, serían de pura crueldad".

"Resulta presuntamente incuestionable la participación de la detenida Ana Julia Quezada en la muerte del menor y se infiere una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar la comisión del crimen", recoge la motivación del auto de ingreso en prisión, que señala que este extremo es lo que ha motivado que el Ministerio Público califique los hechos como asesinato con alevosía.

El juez indica que, como parte de ese "macabro plan criminal", se intentó dotar de una coartada haciendo labores de pintura en la finca de Rodalquilar, en Níjar. Ana Julia "dio una falsa apariencia de preocupación por la desaparición y suerte del niño", al que se llevó "mediante engaño o promesa de devolverlo prontamente a jugar".

"Mantuvo el engaño a lo largo de los días, aumentándolo hasta el punto de colocar ella misma una camiseta del menor en el monte", subraya el juez, lo que achaca a su deseo de "despistar a los agentes de la autoridad que practicaban la búsqueda" hasta encontrar el "momento" de poder "hacer desaparecer el cuerpo".

El magistrado Rafael Soriano apunta que Ana Julia Quezada "aprovechó un momento temporal en que sabía que iba a estar a solas con el niño", al que mató asfixiándole, y destaca que enterró su cuerpo sin vida en un "hoyo que previamente había hecho con una pala".

El juez instructor considera que Ana Julia Quezada actuó guiada por "una malvada voluntad dirigida especialmente a asegurar" la comisión de su "macabro plan criminal".

El magistrado Rafael Soriano destaca, asimismo, la existencia de "abrumadoras pruebas contra ella" y se refiere no solo "a que ella misma ha reconocido el luctuoso suceso" sino también a las intervenciones acordadas judicialmente y a las pruebas recopiladas por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, que mantiene bajo secreto las actuaciones, decretó este jueves el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Ana Julia Quezada en el marco de unas diligencias previas que se siguen por los delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral.

Se aplica el protocolo antisuicidios

Ana Julia ha pasado su primera noche en prisión en un ambiente de "normalidad", de forma que durante la mañana de este viernes abandonará el módulo de ingreso para pasar al de mujeres del centro penitenciario de El Acebuche.

Así lo han indicado a Europa Press fuentes jurídicas cercanas a la investigada, quienes han especificado que, como corresponde a este tipo de casos, se han activado los protocolos de vigilancia para evitar un eventual suicidio de la reclusa, para la que no está previsto un cambio de centro penitenciario.

Fuentes penitenciarias han señalado además que durante las primeras horas la sospechosa ha tenido la oportunidad de comunicar su situación a algún familiar, al tiempo que se le ha abierto un expediente personal para recoger su situación procesal y penitenciaria, como marca el protocolo.

Desde su llegada, la asesina confesa ha sido también sometida a un reconocimiento médico y, durante las próximas jornadas, se entrevistará con otros profesionales del centro de cara a establecer sus ocupaciones.