El juicio comenzó ayer en la ciudad del Lérez con cierto retraso. Y es que las partes habían alcanzado un acuerdo por el cual el acusado iba a reconocer los hechos como se recogen en el escrito de acusación de la Fiscalía: un intento de asesinato machista en el que Mónica no tenía escapatoria y sobrevivió de milagro. Esta confesión habría permitido al acusado reducir en dos años la pena inicial de 15 que solicitan las acusaciones. Y con este plan comenzó la vista.

El interrogatorio comenzó con un reconocimiento por parte de Juan Carlos de que él era el autor de los hechos. A continuación, negó que fuera con la cabeza y la cara tapada, además de no recordar la gran mayoría de los detalles de aquella agresión. "Sé que fui a hablar con ella, discutimos, hubo un forcejeo, me abalancé sobre ella y no recuerdo nada más", dijo el procesado. Añadió que solo recuerda que en un momento dado se encontró con su exnovia "tirada en el suelo, sangrando y con un cuchillo clavado en el cuello".

Asegura que le dijo que estuviera "tranquila", que la llevaba al hospital y que se iba a salvar. E insistió en que no la dejó abandonada en el vehículo, sino que fue ella la que salió del coche y corrió hacia el hospital. "Tuve que ser yo el que lo hizo (la agresión), dado que allí no había nadie más, pero no recuerdo la forma o la manera" en la que sucedió.

El acusado respondió a la única pregunta de la defensa en la que reconoció que "soy culpable", pero su negativa a reconocer cómo se produjo la agresión hizo que el acuerdo previo saltase por los aires y obligó a la Fiscalía y a la acusación particular a pedir un receso para reorganizar todo el juicio.