Dos hombres armados con una pistola y una escopeta recortada asaltaron a finales de enero el Cash vigués de Camposancos. Encapuchados y vestidos de oscuro encerraron a los empleados tras intimidarlos, y se llevaron la elevada recaudación de la caja, unos 8.000 euros. Nada volvió a saberse de ellos, pues se desconocía si actuaban solos, qué vehículo utilizan para desplazarse o la ruta que siguieron, hasta que el lunes por la tarde un atraco similar en un Cash Galicia de Vilagarcía de Arousa hizo saltar otra vez la alarma, pues todo apunta a que se trata de la misma banda que se mueve por el sur de Galicia.

Los dos en encapuchados entraron en el Cash Galicia del barrio de A Carolinas en Vilagarcía profiriendo amenazas de muerte a los empleados, a los que apuntaron con armas de fuego. Uno de los asaltantes golpeó con la recortada a un trabajador en el pecho, por lo que cayó al suelo. El violento suceso ocurrió el lunes por la tarde al filo de las 19.50 horas, a escasos minutos de que cerrase al público este negocio de venta de productos al por mayor. En ese momento ya no había clientes dentro de la nave; solo quedaban cinco empleados: dos en la cajas, otros tantos en la parte de atrás y el encargado.

La plantilla sospecha que los ladrones estuvieron controlando desde el exterior del establecimiento que no hubiese compradores en el interior para perpetrar el robo. Además, a esa hora sabían que se encontrarían la recaudación de la jornada en la caja.

"Uno apuntó con la pistola en la cabeza a uno de los empleados de la caja, pidiéndole todo el dinero, y evidentemente se lo dio. A mí me golpearon con una escopeta de cañón recortado en el pecho también pidiéndome que le diera todo el dinero que teníamos. Fue todo muy rápido, en tres o cuatro minutos", relata una de las víctimas.

Los atracadores ordenaron a la plantilla echarse al suelo mientras ellos se llevaban todo el dinero del establecimiento, tanto el de las cajas como el que había en la oficina. Durante el asalto, los empleados, tendidos en el suelo, rogaban a los atracadores que no les hicieran daño, "todos tenemos hijos y familia", decían asustados. Procuraron mantener la calma en la medida de lo posible y no hubo que lamentar heridos ni daños personales.

Algunos de ellos llevan muchos años en la empresa y no es la primera vez que sufren un robo, pero jamás de estas características, con armas de fuego de por medio. "Tuvimos butrones y nos llevaron mercancía en anteriores ocasiones, pero como esta vez nunca", advierten. Tras el golpe, los asaltantes huyeron en coche, "pero no pudimos ver la matrícula". De inmediato llamaron a la Policía Nacional, que se personó en el lugar.