La Audiencia Nacional ha impuesto penas mínimas a los nueve procesados de la red gallego-colombiana cazada en Portugal con un alijo marítimo de 1.900 kilos de cocaína en 2015 a bordo del pesquero Onda Nazarena. La aprehensión del barco en Portugal y el juicio en Leiría contra los cinco tripulantes puso en evidencia, tras el robo de unos 200 kilos de mercancía en tierra, que el alijo se lo había prestado la DEA norteamericana a las autoridades lusas y que la tripulación del velero que trasvasó los fardos al pesquero estaba formada por policías, algunos españoles. El tribunal luso consideró que se trataba de un delito de tráfico de drogas en grado de tentativa y bajó las penas a una tercera parte de lo solicitado inicialmente para quienes confesaran el delito.
Lo mismo ha ocurrido en España con los nueve procesados por esta causa -seis de la organización gallega y tres de la colombiana- para quienes se pedían penas de entre 10 y 15 años de prisión. Las atenuantes de confesión y delito en grado de tentativa han conllevado importantes rebajas. Así, el cabecilla del grupo José Oubiña Viñas, vecino de Vigo y sin antecedentes penales, ha sido condenado a 3 años y medio de cárcel. La misma pena se impone al histórico Carmelo L.M. el único de los seis gallegos con antecedentes y que confesó los hechos con ocasión al derecho a la última palabra. Hasta entonces sostuvo su inocencia y que el Greco le tendió una trampa y colocó pruebas falsas para implicarle. Un arrepentimiento tardío que dio sus frutos al reducirse significativamente su pena.
La Audiencia Nacional impone la condena más alta, 5 años, al colombiano Héctor Manuel Torres Silva, representante de los suministradores de la droga que fue el único que se negó a reconocer su participación en la operación y vinculado a otros alijos.
El resto de condenas para la organización gallego-colombiana se ha fijado entre 21 y 27 meses de prisión. Este último caso es el del cambadés Juan Manuel P.C. que se trasladó a Venezuela para garantizar la operación y que era el nexo entre los suministradores colombianos y Oubiña en un pimer transporte que las fuerzas antidrogas no lograron incautar; además, participó en los preparativos del Onda Nazarena según la sentencia y lo que él mismo admitió al ser juzgado en solitario.
También se reducen las multas. Frente a los 200 millones de euros para cada uno que inicialmente solicitaba la Fiscalía Antidroga, la cifra se reduce a 50 millones, si bien ninguno tendrá que pagarla al ser insolventes. En el barco, con cuatro tripulantes lusos, viajaba "Jaro", un lanchero cambadés que fue juzgado y condenado en Leiría.
