Una multa de 2.700 euros como autor de un delito de quebrantamiento de medida cautelar. Es la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo a un septuagenario que está pendiente de juicio por presuntos abusos sexuales a dos adolescentes por romper el alejamiento con respecto a una de ellas. Concretamente, la estuvo observando desde unos matorrales y después se acercó a la menor a bordo de un vehículo, diciéndole que cuando ella y su acompañante -un amigo- quisiesen preservativos que se los pidieran.

La causa principal contra este empresario jubilado de Vigo ya está avanzada. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo, que lleva la investigación, dictó en diciembre el auto en el que ordenaba seguir el procedimiento contra él al ver indiciariamente acreditado que habría cometido delitos de abuso sexual y corrupción de menores, además de posesión ilegal de armas. Aprovechando la amistad que le unía con la madre de una de las adolescente, engatusó a esta menor y a una amiga. Primero se ofrecía a traerlas y llevarlas del instituto. Y cuando se ganaba su confianza les pedía supuestamente fotos en bikini o en ropa interior, a cambio de dinero, y habría llegado a hacerles tocamiento.

Fue a raíz de este caso por el que se le impuso de forma cautelar una orden de alejamiento con respecto a las menores. Y el quebrantamiento con respecto a una de ellas provocó que se sentara en el banquillo el pasado diciembre. En la vista oral negó que se hubiese acercado a la joven, señalando que lo que quiere la madre de la adolescente es "sacarle los cuartos". Pero la magistrada no se ha creído su versión y lo condena.

Los hechos, recoge en la sentencia ocurrieron la tarde del 22 de enero de 2017 en una zona de Navia próxima al campo de fútbol. La chica estaba con un amigo. El septuagenario quebrantó dos veces el alejamiento. En una primera ocasión "la observó desde unos matorrales". Dos horas más tarde, a bordó de su coche, se acercó a la víctima y al menor "y le dijo que cuando ella y su acompañante quisiesen preservativos se los pidiesen".

La magistrada concluye que el testimonio de la menor es "persistente y coherente" y está "corroborado" por la declaración de su madre y "fundamentalmente" por la del amigo que estaba con ella. El proceder del condenado está castigada con multa. La juez le impone 18 meses de sanción, que se traducirán en el pago de 2.700 euros, "en atención a la minoría de edad de la perjudicada, la entidad y la duración de la conducta".