La desaparición de un pescador portugués de 55 años en la zona de Monçao en el río Miño motivó ayer un dispositivo de emergencias en el que participaron tanto medios lusos como españoles, entre ellos varias patrullas de la Guardia Civil. Los rastreos, en los que también estuvo la Comandancia Naval del Miño, no dieron resultado. Hoy se retoma la búsqueda.

La familia alertó ante la falta de noticias del pescador. Los rastreos se realizaron por mar (participaba la Marina portuguesa) y por tierra. El hombre había ido a verificar unas "pesqueiras" (construcciones típicas existentes en el Miño) con el objeto de recoger lamprea, en la zona de Monçao. Allí, de hecho, apareció estacionado su vehículo. El teléfono móvil que llevaba consigo está apagado. Hoy se incorporarán al operativo buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.