La Audiencia de Granada ha condenado a un padre por delito leve de vejaciones después de que dirigiera expresiones despectivas a su hijo menor mientras le ayudaba a hacer los deberes, diciéndole que era "tonto" o un "julandrón", situación que su otra hija grabó con el móvil y remitió a la madre.

La sentencia ve probado que, estando el padre en su domicilio ayudando a su hijo a hacer los deberes, comenzó a dirigirle expresiones en tono humillante e intimidatorio.