Un albañil ucraniano, que mató a un compatriota golpeándole con una plancha en el piso que compartían en Nigrán, justificó ayer su actuación al asegurar al jurado popular que le juzga que actuó en defensa propia, pues su compañero ebrio le tenía cogido y le amenazaba con un cuchillo. "Cogió la plancha porque fue lo primero que encontró", expuso su defensa, que pide su absolución. Ihor V. se enfrenta a 15 años de prisión por un delito de homicidio y declaró acompañado de una traductora: "Le golpeé solo por miedo a que me rajase con el cuchillo".

El juicio por estos hechos, ocurridos en junio de 2016, comenzó ayer en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo una vez que fueron seleccionados los nueve miembros del jurado y los dos suplentes, ocho mujeres y tres hombres.

La fiscal sostiene que se trata de un homicidio, que el fallecido Roman S., al borde del coma etílico, no amenazó con un cuchillo al acusado, sino que este llevó el cuchillo al salón y montó un escenario que le exculpara tras cometer el crimen. La defensa pide su absolución o, "como mucho", subsidiariamente un homicidio imprudente porque actuó "en legítima defensa" ante "un miedo insuperable".

Las pruebas de convicción están en la sala, y ayer se exhibieron la plancha, que está rota; una tabla de cortar, partida en dos; y el cuchillo. El acusado declaró que tenía una buena relación con Roman S., le consiguió trabajo en Nigrán y le llamó "hermano" delante de su jefe; pero señaló que cuando éste bebía alcohol se volvía agresivo y violento, llegando una vez a amenazarle con un martillo y en otra ocasión le rompió varios dedos a su esposa por vaciarle una botella de vodka.

Expuso que el día de los hechos, Roman estuvo en un bar (la fiscal señaló que bebió más de una botella de vodka y caminaba dando tumbos, según algunos testigos) y, cuando regresó al piso en el que convivían, estaba borracho. Le pidió dinero para unas tragaperras. Después, en el salón, según la declaración de Ihor, Roman se rompió en la cabeza una tabla de madera para demostrar lo fuerte que era, sacó un cuchillo y, entre insultos y comentarios vejatorios, le amenazó: "De la misma manera que he roto la tabla te voy a rajar con el cuchillo".

El acusado asegura que Roman S. le apoyó el arma en el costado y le agarró por la camiseta, con lo que "estaba tan atemorizado" que en un momento en que se distrajo cogió "lo que tenía a mano" -la plancha- y le dio con ella. "Sentía necesidad de defenderme. No lo hice por matar a una persona, sino por un susto tremendo", apostilló a través de su traductora.

Mientras la fiscal considera que antes de avisar de lo ocurrido al resto de las personas que compartían el piso y de prestar auxilio al herido recogió la plancha y la tabla rota en el salón y limpió la sangre con paños, el acusado mantiene que su Roman empezó a sangrar y fue a por unos trapos para cortar la hemorragia; y, para evitar que su jefe -con el que también convivían-- viese las cosas rotas, llevó la plancha a la entrada de la vivienda y una de las mitades de la tabla de madera en la cocina. "Yo no pensaba que fuese a morir", dijo.

De acuerdo con su versión, le dijo a Roman que iba a llamar a la ambulancia, pero éste le dijo que no lo hiciera y continuó insultándole. No obstante, como se empezó a poner blanco, pidió ayuda a los demás moradores de la vivienda que dormían, y entre todos llamaron a emergencias e intentaron reanimarle.