Un carpintero vigués que mató a puñaladas a su mujer en 2011, es el preso-sombra encargado de vigilar en la prisión pontevedresa de A Lama a José Enrique Abuín, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en aplicación del protocolo antisuicidios. Francisco Rafael Álvarez Martínez, condenado a 14 años de prisión y a quince de destierro de la ciudad olívica, fue considerado culpable -por un jurado popular- del homicidio de su exmujer, Cristina González Sacau, de 39 años, en el domicilio de Coruxo donde la víctima convivía con los dos hijos mellizos y menores de edad de la pareja.

Los presos-sombra son reclusos de confianza a los que se les asigna la vigilancia de un compañero para evitar que se autolesionen, dentro del protocolo de prevención de suicidios por parte de Instituciones Penitenciarias. Su función es convertirse en su "sombra" las 24 horas del día, de ahí el nombre. Esta labor recae, lógicamente, en reclusos de plena confianza para Instituciones Penitenciarias. Deben haber tenido muy buen comportamiento durante su condena, y pueden recibir a cambio beneficios penitenciarios por su colaboración, como alguna visita extra o trabajo remunerado, pero nunca reducción de condena.

El crimen machista que tuvo lugar en octubre de 2011, causó gran conmoción en Vigo, donde la víctima y su familia son muy queridos y conocidos. La Coral Casablanca organizó un concierto a beneficio de los hijos de Cristina. Francisco Rafael Álvarez, según la sentencia, aprovechó que su exmujer llevaba a los niños al colegio para acceder al interior de la vivienda (tenía en un alpendre de la finca sus herramientas de carpintero) y la esperó dentro propinándole cuatro cuchilladas, una atravesó la yugular y otra desgarró los pulmones. Entonces se llevó varios enseres que abandonó en un monte para fingir un robo, si bien finalmente se entregó en la comisaría de Vigo con un "he matado a mi mujer", aunque alegó defensa propia.

El tribunal popular le declaró culpable de un delito de homicidio en concurso con otro de allanamiento de morada, con la concurrencia de las agravantes de abuso de superioridad y parentesco, y la atenuante de confesión. Lo cierto es que al día siguiente de su muerte, Cristina iba a presentar a su familia a un novio sevillano. El homicida de Coruxo es ahora el preso de confianza que se encarga de vigilar al autor confeso de la muerte de Diana Quer. "El Chicle" permanece solo en una celda de cristal en la enfermería de A Lama y, aunque ha solicitado hacer deporte y salir al patio, de momento no se lo han autorizado. Primero porque el régimen en el que se encuentra no lo contempla, y después porque en cuanto tienen oportunidad los otros presos le increpan. Le insultan y le amenazan, como ya ocurría en la cárcel de Teixeiro.

Por este motivo no se descarta un nuevo traslado de prisión, fuera de Galicia, de "El Chicle", como ha ocurrido con otros acusados de grandes crímenes, caso de David Oubel, el asesino de Moraña que mató a sus hijas con una rebarbadora, o de José Luis Cortiñas, asesino de su mujer . El objetivo es alejarlos de la zona donde cometieron el crimen para preservar su integridad, pero la repercusión del caso de Diana ha llegado a todos los penales españoles.

Por su parte, "El Chicle" tendrá un tercer encuentro con su esposa desde que ingresó en prisión. Según informó El Programa de Ana Rosa, disfrutará de un nuevo vis a vis, aunque en esta ocasión será sin la presencia de la hija. El espacio señala que el encuentro se producirá en una habitación privada y "con una cama de por medio".