Un vigués acusado de estafar bienes, propiedades, fincas e incluso solicitar préstamos hipotecarios por valor de más de 640.000 euros a sus padres y abuela materna con la colaboración de tres amigos -uno de los cuales ya falleció- aceptó la pena de dos años de prisión y una multa de 1.200 euros tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía y las acusaciones particulares. Sin embargo, los magistrados aceptaron suspenderle la ejecución del ingreso en prisión a condición de no volver a delinquir en los próximos cinco años e indemnizar a los perjudicados, incluidos sus propios padres por las deudas que les generó.

El hijo de las víctimas, según se expone en el escrito de calificación del Ministerio Fiscal, se valió de documentos públicos y mercantiles para traspasar diferentes propiedades a su nombre. Algunas de ellas llegó incluso a venderlas para obtener un beneficio económico inmediato. Para ello se sirvió de la firma falsa de sus progenitores, que en el momento de hacer las transacciones en distintas notarías de la provincia, él mismo o alguno de sus compañeros simuló. Estas operaciones dejaron a los afectados importantes deudas con compañías telefónicas o ejecuciones hipotecarias.

Otra de las acusadas aceptó una pena de un año y 11 meses por dos delitos de estafa. En ambos casos la ejecución de la pena de prisión les será suspendida mientras paguen las responsables civiles. Por su parte, el último encausado aceptó una pena de 3 meses de cárcel que también le será suspendida por el pago de 540 euros.