"En Medicina nada es imposible, solo altamente improbable". A esta máxima se agarran muchos forenses cuando, por las circunstancias en las que aparece un cadáver, dar respuesta a la causa de una muerte violenta o a otras muchas cuestiones clave que rodean un crimen se torna en una labor especialmente compleja. En supuestos así no se ahorran esfuerzos y la norma a seguir es agotar todas las pruebas que la ciencia pone a disposición de estos expertos para tratar de despejar interrogantes, para intentar hallar el mínimo indicio que permita aclarar lo que le ocurrió a la víctima. En el caso de Diana Quer el motivo de su muerte no arroja dudas. El informe antropológico forense preliminar apunta a que fue estrangulada. ¿Cómo? ¿Con las manos? ¿Con una brida? Eso aún no trascendió. Lo que sí se sabe es que, al menos por ahora, no se pudo determinar si sufrió o no una agresión sexual. Se necesitarán pruebas complementarias.

En este tipo de casos los análisis se realizan en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, laboratorio de referencia, y suelen abarcar cuatro ámbitos: biológico, histopatológico, criminalístico y toxicológico. En todo caso, pese al proceso de saponificación del cuerpo de la joven madrileña que favoreció su conservación pese a los casi 500 días transcurridos desde su desaparición y muerte, forenses consultados por FARO ven "prácticamente imposible" que se pueda aclarar a través de la medicina legal si hubo un ataque sexual. "Va a ser muy difícil", coinciden varios expertos. El agua en el que estuvo sumergido el cuerpo se torna para esta cuestión en un enemigo importante. "Si el agua lo arrastró todo, va a ser complejo encontrar algo; se suele llevar los indicios biológicos", explican. Por ejemplo, favorecería la desaparición de posible restos de semen u otros fluidos. ¿Y lesiones en los tobillos, las rodillas, los muslos... que pudiesen ser compatibles con una violación? "Pese a la saponificación va a ser difícil hallarlas, a no ser que fuesen muy evidentes, muy groseras; y eso no es lo más frecuente, lo habitual es que sean sutiles", concreta un profesional.

A pesar de las dificultades -y tras el informe previo realizado por los patólogos de la sede del Imelga de Santiago de Compostela junto al especialista Fernando Serrulla de la Unidad de Antropología Forense del Hospital de Verín-, las muestras y tejidos recogidos del cuerpo de Diana serán sometidos a más análisis para intentar desentrañar si hubo agresión sexual -entre otras cuestiones-. Los expertos consultados resumen las pruebas a las que se suele acudir en casos en los que se dan estas circunstancias:

| Estudios biológicos. Aquí entra en juego el ADN, clave en el esclarecimiento de muchos delitos. Se precisa de una muestra indubitada de la víctima y de otra del presunto agresor. "Si se hallan restos biológicos se puede sacar un perfil y compararlo con esas muestras o las dubitadas que también pueda haber", explican. En el caso de una persona que lleva fallecida mucho tiempo, no sería posible extraerla de la sangre ya que estaría "alterada". "La muestra se podría obtener por ejemplo de un diente", se señala al respecto. Para el caso de buscar indicios de una posible agresión sexual, como es el caso de Diana, se trataría de esclarecer si hay restos seminales... El problema es que el agua pudo haber diluido el semen. "El agua lo lava todo, lo arrastra todo; y no solo en el exterior de un cadáver, ya que también entra por los orificios naturales del cuerpo", indican.

| Estudios histopatológicos. "La histopatología no sirve para casos como el de Diana", afirma contundente un experto. Otro forense también ve difícil esta vía, pero no del todo imposible. Se trata de una herramienta que ayuda a confirmar o refutar los hallazgos macroscópicos. O a ponerlos en evidencia, cuando de otra manera no ha sido posible. "Hay lesiones que no se ven macroscópicamente, pero de las que sí es posible extraer un diagnóstico en el análisis de un tejido desde una perspectiva microscópica", explica. En una agresión sexual, ahonda, lo que se busca por ejemplo es si existen lesiones vitales en la zona genital.

| Estudios toxicológicos. Cuando se buscan indicios de un ataque sexual los forenses hacen estudios para comprobar si a la víctima se la adormeció, "se la privó de consciencia". Se pueden encontrar evidencias sobre todo en el humor vítreo, líquido gelatinoso que rellena la parte situada entre la retina y el cristalino del ojo. O a través del pelo o del hígado, donde se metabolizan los tóxicos del organismo. Esta cuestión también puede ser vital jurídicamente para inclinar, en función del hallazgo, una calificación de homicidio a otra de asesinato.

| Estudios de criminalística. Estos análisis entran asimismo en juego cuando se quiere aclarar si hubo o no una violación. Por ejemplo, si se encuentra ropa o algún otro efecto de interés.