Cuatro horas de minucioso registro en la nave de la parroquia rianxeira de Asados, en la que apareció el cadáver de Diana Quer el pasado 31 de diciembre, permitieron ayer encontrar varios restos que van a ser analizados por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil para ver si pueden arrojar luz sobre el crimen de la joven madrileña. En ese registro participó una unidad canina de la UCO, procedente de Madrid (integrada por tres perros), especializada en el hallazgo de restos biológicos, y estuvo supervisada por el juez del caso, el titular del juzgado número 1 de Ribeira, Félix Isaac Alonso, y por los representantes legales de la familia de Diana Quer.

La unidad canina y los agentes fueron señalizando todos aquellos restos que localizaron, pero uno de los principales problemas con el que se ha encontrado la investigación durante el registro es que la nave fue limpiada hace unos meses, por lo que las circunstancias en las que se encuentra no eran las mismas que existían aquel 22 de agosto de 2016, cuando José Enrique Abuín Gey, "El Chicle", arrojó, supuestamente, el cadáver de la joven a un aljibe que existe en su interior.

Esa circunstancia fue reconocida por Ricardo Pérez Lama, el abogado que representa a la familia de Diana Quer y que solicitió este nuevo registro. Pérez Lama temía ayer que pueda convertirse en un contratiempo y "dificultar la investigación". De todas formas, también apuntó que durante el registro "se han tomado muestras de muchas cosas, y los perros han hecho su labor de rastreo, pero debemos esperar a los informes que realicen los agentes", ya que todavía es pronto para saber si esos hallazgos tienen que ver o no con el caso.

Durante las cuatro horas que ha durado el registro, la búsqueda de pruebas no se limitó a la estancia donde se encontraba el aljibe en el que apareció el cadáver, sino que se recogieron pruebas en todo el interior de la nave, e incluso, en el exterior. "Se ha inspeccionado absolutamente toda la nave y los resultados de la misma se nos facilitarán, a posteriori, en un informe de la Guardia Civil", explicó Pérez Lama. De todas formas, el hecho de que otras mujeres hubiesen sufrido, supuestamente, una agresión sexual por parte del investigado es indicio suficiente, apunta el letrado, de que lo ocurrido con Diana Quer pudo tener un móvil sexual. "Los indicios, y en eso hay ejemplos claros, como el caso Asunta o el caso Bretón, cuando son coincidentes, concordantes y unidireccionales, pueden dar lugar a que se estimen como prueba indiciaria", explicó.

La nave en la que apareció el cuerpo de Diana Quer fue primero una antigua fábrica de gaseosas, antes de convertirse en un almacén de muebles. Desde hace más de seis años permanecía abandonada tras ser embargada por una entidad bancaria. Cuando apareció el cuerpo sin vida de la joven madrileña se encontraba en venta por un valor de 283.000 euros, llegando a ser visitada por varios compradores, aunque ninguno accedió a la estancia en la que se encontraba el aljibe de agua potable en el que se encontró el cadáver de Diana.