El remolcador de la ría de Vigo María Pita escoltó ayer a última hora a un buque mercante cargado de coches que se había quedado sin motor frente a la costa de A Guardia. El Verona, de 175 metros de eslora, logró arreglar la avería mientras estaba fondeado para evitar irse hacia las rocas.

El buque partió de Vigo sobre las 15.30 horas con destino a Marruecos. Dos horas más tarde, cuando se encontraba a seis millas de la costa guardesa, el buque sufrió una avería en un pistón. Pese a que en un principio el capitán informó de que resolverían el problema, el barco se llegó a acercar a 3 millas, lo que obligó al buque a fondear con una de las anclas mientras solicitaba la asistencia de Salvamento Marítimo.

Para asistirlo enviaron al remolcador María Pita y a la embarcación Salvamar Mirach, ambas con base en la ría de Vigo, que acompañó al buque mientras intentaban arreglar el problema. Tras unos primeros minutos de duda, en los que se valoró llevar a tierra al mercante, la tripulación consiguió solucionar la avería y el buque pudo proseguir su camino con destino a Tánger.

Según pudo saber este periódico, la situación "estuvo controlada" en todo momento y no hubo riesgo alguno de que el buque, de bandera noruega, pudiera impactar contra la costa.