La activista británica Kerry Elliman denuncia que algunos entrenadores de galgos de carreras los venden a China cuando son viejos, donde son asesinados y aprovechados como comida. "He visto vídeos donde se hierven los perros vivos. Podías oírlos gritar. Fue horrible, una vez que los galgos ya no pueden competir, su carne es lo que sirve", critica Elliman, que ha rescatado a más de 758 perros de carreras en sus dos centros, uno en Birmingham y el otro en Beijing.

Esta mujer lamenta que no haya leyes británicas que prohíban exportar a China, por lo que una vez que los galgos ya no pueden obtener ganancias en las carreras o como reproductores, los dueños las venden.