La Guardia Civil se refiere al acusado como un presunto agresor sexual en serie, que seguía un modus operandi de "extrema violencia" y con prácticas "aberrantes", como la penetración con objetos como botellas. La primera agresión ocurrió en julio de 2016 en el domicilio de la víctima, en Bueu, mientras la mujer dormía. La segunda fue en Cangas, en una cafetería del centro de la localidad y cuando la mujer se encontraba a punto de cerrar el establecimiento. La tercera fue en el lugar de A Portela, en Bueu, en el primer fin de semana de marzo y la víctima era una mujer de 75 años. "Fueron sometidas a aberrantes prácticas y vejaciones que les produjeron graves daños físicos y psicológicos, que requirieron asistencia médica por las heridas, desgarros y los golpes que les propino", indica la Guardia Civil. En uno de los casos arrojó agua caliente sobre las piernas de la víctimas