Los técnicos sanitarios del 061 y los agentes de la Guardia Civil del puesto de Soutomaior fueron los primeros en llegar, el 29 de diciembre de 2015, a la humilde vivienda del lugar de Tameiga, en Mos, en el que hallaron el cuerpo sin vida de Marina Rodríguez con evidentes signos de violencia. Presentaba el "cráneo estallado" con parte de la masa encefálica a la vista en una lesión que observaron claramente nada más retirar una capucha que cubría la cabeza de la víctima.

Allí les esperaba el presunto autor del crimen, Florencio Alonso Calvar, de 71 años, quien acababa de regresar del cuartel de la Guardia Civil de Mos de alertar que había encontrado muerta a su mujer "tirada en el suelo de la cocina".

El primero en declarar en la sesión del juicio que se sigue contra Florencio Alonso fue el sargento del puesto de Mos que lo recibió en el cuartel, cuando este ya estaba cerrado. Asegura que Florencio (al que ya conocía de ir a retirar chatarra de estas instalaciones) le alertó de que encontró en su casa a su mujer tirada en el suelo y que "no la daba levantado y que estaba muy mal". El agente le reprochó que no hubiera llamado a los servicios de emergencia, dado que "esto es un cuartel de la Guardia Civil", y telefoneó él mismo al 112 para que enviasen una ambulancia a la vivienda del acusado. Luego envió al septuagenario de vuelta a la vivienda para que esperase la llegada de los sanitarios y Florencio así hizo. El agente se quedó preocupado y afirma que minutos más tarde acudió a la vivienda. Allí ya se encontró con los médicos del 061 y a sus compañeros de la Guardia Civil de Soutomaior, que habían sido alertados por el 112. Entró en la casa y observó un espectáculo que él definió como "dantesco". En un vivienda sucia y desordenada el cadáver de Marina estaba sobre el suelo de la cocina, "con un boquete en la cabeza" y los dos perros de la casa rondando en torno al cuerpo sin vida de la víctima. Pese a aquella situación, el agente señaló que el acusado estaba "bastante tranquilo".

Lo mismo indicaron los sanitarios del 061: "Él nos insistía en que la había encontrado así y que no la había tocado para nada" y que había ido a llamar a la Guardia Civil porque "ella no le respondía". "Se quedó fuera, como inexpresivo", añadió la médica del 061. Esta testigo añadió que casi al momento llegó a la casa uno de los dos hijos de la pareja, que también reside en la vivienda, y en el que tampoco vio "ninguna manifestación emotiva" a pesar de comprobar que su madre había muerto.