Florencio Alonso Calvar, el vecino de Mos, acusado de asesinar a su esposa Marina Rodríguez Barciela el 29 de diciembre de 2015, rompió en el juicio celebrado ayer en Pontevedra el silencio que mantuvo durante la instrucción respecto a lo sucedido en la vivienda en la que residían ambos en el lugar de Tameiga. El hombre, de 72 años se enfrenta a una petición de 22 años de prisión por parte de la Fiscalía quien lo considera autor de un delito de asesinato.

El acusado se acogió a su derecho a declarar tan solo a las preguntas de su abogada, rechazando así contestar a las preguntas de la Fiscalía y de la acusación popular que ejerce la Xunta de Galicia. Florencio Alonso negó que aquella tarde-noche del 29 de diciembre de 2015 acabase con la vida de su mujer golpeándola en el cuerpo en varias ocasiones con un objeto contundente mientras ella hacía la cena, como sostiene el fiscal. Asegura que al llegar a su casa se la encontró "tirada en el suelo de la cocina". Presentaba fuertes golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo. "Yo no le toqué nada, solo le llamé: ¡Marina, Marina! ¿Qué te pasó?; pero no me contestó y la dejé allí tirada", explicó.

Afirma que lo siguiente que hizo fue "coger el coche y me largué a la Guardia Civil a dar aviso". También añadió que la puerta de casa está siempre abierta, algo que corroboró uno de los hijos de la pareja, aunque varios testigos matizaron que la casa se encuentra protegida por dos perros que están sueltos en la zona exterior.

Florencio explicó que cuando por fin llegó a dependencias de la Guardia Civil, a pesar de que iba angustiado por la situación que se había encontrado en el domicilio, llamó al timbre y que allí los agentes no le atendieron de inmediato sino que le hicieron esperar un poco a que acabasen de atender a otras personas. No se le preguntó, ni tampoco contestó, a por qué no se hizo escuchar ante los policías en ese momento sabiendo las noticias tan graves que traía.

Tras comunicar lo sucedido y confirmar a los guardias civiles que no había avisado a una ambulancia, afirma que los agentes le mandaron regresar a casa con el coche mientras ellos llamaban a los servicios médicos y se ponían también en camino de la vivienda.

"Luego ya no me dejaron entrar más" en casa, añadió, y más tarde ya lo detuvieron como principal sospechoso del crimen.

El juicio que se celebra desde ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra se inició con la selección de un jurado popular. La vista oral arrancó con una exposición inicial de cada una de las partes en la que la fiscal Patricia Andreu quien sostiene que Florencio entró en la casa familiar y golpeó a su esposa en la espalda mientras ella preparaba la cena en la cocina. Entonces la mujer cayó al suelo y "siguió golpeándola repetida e insistentemente", todo ello "sin que Marina pudiese defenderse ni tampoco pedir ayuda".

El acusado está actualmente en libertad tras pasar 14 meses en prisión preventiva entre diciembre de 2015 y febrero de 2017. Un hermano de la víctima afirma que él la maltrataba. Por otra parte, un hijo de la pareja tras preguntarle si cree que fue su padre el autor del crimen respondió: "¿Y quien iba a ser?". La vista continúa hoy.