"Vivía en Vitoria, pero me tuve que marchar de allí debido a los malos tratos, sufrí una paliza que me llevó al hospital...; ahora resido en Vigo, donde tengo familia y donde estoy reorganizando mi vida". Así se manifestaba ayer una mujer a las puertas de uno de los juzgados de lo Penal de la ciudad olívica, donde había sido citada para declarar por videoconferencia en al marco del juicio que se iba a celebrar contra el hombre en la capital alavesa. Pero ya no tuvo que comparecer. Según explicó la víctima, la vista oral se saldó con un acuerdo de conformidad. "Él aceptó dos años de prisión, alejamiento e indemnizarme con 7.200 euros", dijo, mostrando su malestar por una pena de cárcel que considera muy reducida. "Se le tuvo en cuenta la eximente de drogadicción, es indignante", añadió mientras abandonaba el edificio judicial. Según explicó, el acusado ya se encuentra en la actualidad en prisión provisional.

La videoconferencia evitó que la mujer tuviese que desplazarse a Vitoria para declarar. El uso de estos equipos está cada vez más generalizado en los juzgados vigueses, especialmente en la sección penal de la Audiencia, en los juzgados de Instrucción y en las salas de lo Penal. Tanto para que personas implicadas en procedimientos abiertos en otros puntos de España puedan comparecer desde Vigo, como para que acusados o testigos que residen en otras ciudades lo hagan desde allí para casos que se instruyen o enjuician en la urbe olívica.