Pasadas las 09.30 horas de ayer dio comienzo en la Audiencia Provincial de Cuenca el juicio a Sergio Morate, acusado de los asesinatos el 6 de agosto de 2015 de su ex pareja, Marina Okarynska, de 24 años, y la amiga de ésta, Laura del Hoyo, de 26 años. El acusado ha decidido acogerse a su derecho a no declarar, ni siquiera a las preguntas de su abogado. Morate se enfrenta a una pena de 48 años de prisión.

Recibido a gritos de "asesino" y "miserable", Morate se sentaba en el banquillo de los acusados, desde donde escuchó a los primeros testigos, la familia de su expareja Marina Okarynska. Su hermana Alina se dirigió directamente al presunto asesino nada más entrar a la sala de vistas para espetarle: "Levanta la cabeza, desgraciado, y mira a mi madre a la cara". Posteriormente, explicó a preguntas de la Fiscalía que Morate "controlaba cada paso que Marina daba". "Mi hermana, por ejemplo, venía a mi casa, y cada dos por tres le llamaba para preguntar qué hacía. Siempre la vigilaba", precisaba.

La madre de la joven asesinada también declaró en la primera jornada de la vista que se celebra ante jurado popular. Aseguró tener conocimiento de que Morate ejercía control sobre Marina, si bien nunca tuvo constancia de que hubiera sufrido algún tipo de maltrato físico.