Finalizada la práctica de la prueba tras cinco días intensos de juicio por el conocido como crimen de Arbo, la declaración de diferentes peritos puso fin ayer a unas comparecencias en las que uno de los detalles más destacados de la jornada lo aportaron los expertos de balística al señalar que detectaron restos de residuos de disparo en unas zapatillas deportivas localizadas en uno de los registros de la vivienda del acusado, Arturo Domínguez.

Con todo, el fiscal Juan Sagredo al término de la sesión restó importancia a este hecho y sí puso el foco en que no se hubiera encontrado ningún tipo de resto de disparo en el propio acusado: "que un cazador tenga residuos de disparo en su ropa es normal, lo anómalo es que no tenga ninguno siendo como es un cazador habitual y furtivo", explicó Sagredo. De hecho, considera que "lo más razonable" es que alguien que acaba de matar a dos personas y dispone de 18 horas para deshacerse de las pruebas que le puedan incriminar "se lave y destruya la ropa" para eliminar estos restos.

El fiscal solicitó al tribunal que el jurado visione el vídeo de la inspección ocular del lugar del crimen y dé lectura a las últimas conversaciones que mantuvieron las víctimas Beatriz Rodríguez y Sergio Rodríguez vía telefónica en las que ellos "ya se sienten vigilados y adoptan cautelas". Y es que en declaraciones a los medios, el fiscal explicó que el crimen de Arbo es "la crónica de una muerte anunciada". "Sergio y Beatriz sabían que los iban a matar y en sus conversaciones lo comentan", dice, y esto era algo "muy razonable pensarlo dado que la situación de acoso y hostigamiento hacia ellos por parte del acusado era muy importante".

El juicio se retomará el lunes con las conclusiones definivas y los informes de las partes antes de que el jurado popular se retire a deliberar.