Dos jóvenes vecinos del lugar de Parderrubias, en Salceda, se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra acusados de un delito de asesinato en grado de tentativa por el que se enfrentan a una petición de la Fiscalía de 14 años de cárcel cada uno. El Ministerio Público sostiene que ambos, Julio C.C. y Daniel A.P., tendieron una emboscada al tío de este último para acabar con su vida de un disparo de escopeta. Ayer ambos negaron los hechos. De hecho, uno de ellos, Julio C.C., reconoció haber sido autor de un disparo en las inmediaciones de la casa de la víctima pero insiste en que alcanzó al tío de su amigo de forma accidental, o al menos sin que fuera su intención dispararle a la víctima.

En el juicio celebrado ayer los dos aseguraron que el tío de Daniel en días anteriores "había pasado por delante nuestra con dos armas cortas en la mano" los había amenazado. Según explicó, les dijo que "nos iba a matar a todos". Ambos aseguran que eran conocedores a través de una tercera persona que la víctima guardaba armas en su propiedad y que por eso entraron a por ella, para retirárselas y que no pudiera utilizarlas cumpliendo sus amenazas. No explicaron, a preguntas de la fiscal, la razón por la que no llamaron entonces a la Policía.

Así, dicen que entraron en la vivienda y se hicieron con una escopeta de la que luego querían deshacerse. Ambos coincidieron en que montaron en un coche conducido por Daniel y que tras rebasar la casa de la víctima Julio le pidió que parase y, desde unos "cien metros de distancia de la vivienda" se bajó y efectuó un disparo al aire.

Daniel declaró que cuando volvió al vehículo le preguntó a Julio que "si estaba loco o qué" y que él le contestó que "no se preocupase, que todo estaba bien y que siguiera adelante", algo que hizo para continuar con su propósito de ocultar el arma, lo que hizo Julio en casa de su madre.

Ambos aseguran que desde el lugar en el que se realizó el disparo no se veía la casa de la víctima por lo que si le impactó el proyectil sería de forma accidental. No obstante, la Fiscalía sostiene que ambos intentaron acabar con la vida de su tío y que el disparo lo realizó Julio a una distancia cercana a la víctima, oculto tras unos setos.

El herido declaró en el juicio que sintió "un brocazo que no sabía lo que era". El tiro atravesó la ventanilla del coche, impactando en la cabeza de la víctima pero sin causar heridas graves.