El asesinato a tiros de la empresaria gallega Sesita Vecoña en agosto de 2008, mientras descansaba en la habitación de uno de sus hoteles en Caracas, todavía colea en los tribunales venezolanos. El hijo de la hostelera, Elisardo Alonso, sigue 9 años después en prisión a la espera de juicio como supuesto inductor del crimen por el que habría prometido abonar unos 10.000 euros a los sicarios. La causa ha recibido ahora un nuevo impulso con el nombramiento de un nuevo juez.

La familia de la empresaria, natural de la localidad ourensana de Beariz y con negocios en Vigo, confía en que el nuevo magistrado ponga fecha al juicio cuanto antes, dado que se lo ha tomado con mucho interés. Y es que el caso ha estado en manos de cinco jueces distintos. Algunos fueron cesados por supuesta corrupción y otros al finalizar su mandato. Una de la magistradas fue retirada porque su marido era el encargado de los desplazamientos de los presos y, convencido de que Elisardo Alonso tenía una gran fortuna en España, negociaba al parecer su excarcelación a cambio de dinero.

La familia de la empresaria, madre de dos chicos y dos chicas, desea que el juicio se acelere cuanto antes par poder pasar página. "Deseamos que se acabe todo, es muy duro algo así entre hermanos. Mi mujer no levanta cabeza desde entonces", resume Roberto Vázquez, yerno de Sesita Vecoña.

El móvil del cruel asesinato fue económico. Sesita Vecoña, afincada con varios de sus hijos en Vigo donde montó negocios de hostelería tras muchos años de emigración en Venezuela, regresó al país sudamericano poco antes de su muerte para ayudar a su hijo Elisardo, que al parecer tenía problemas económicos. Allí logró levantar un emporio hotelero pese a que empezó prácticamente de cero.

Entonces descubrió que su hijo favorito pretendía despojarles de todos sus bienes, por lo que ella, su marido y su hijo pequeño que estaba con ellos en Venezuela, denunciaron por fraude y falsedad en los tribunales a Elisardo y a su mujer, María Estela González Domínguez. Y es que el hijo mayor acabó echando a su padres de los tres hoteles de la familia en Caracas falsificando su firma.

Dos días antes de conocerse la sentencia que devolvería a sus progenitores la titularidad de los negocios, dos hombres que se hicieron pasar por huéspedes descerrajaron a la empresaria gallega dos tiros mientras dormía en una habitación de Royal Palace, uno de los hoteles que regentaba.

La Policía identificó enseguida tanto a los dos sicarios que perpetraron el crimen como al taxista que actuó de intermediario entre Elisardo y ellos. Los sicarios delataron enseguida al hijo de la víctima como la persona que les encargó el homicidio. El taxista, que se negó a cometer el crimen porque "yo no mato madres", ya fue juzgado y condenado, mientras que uno de los sicarios cayó abatido en un enfrentamiento con la Policía.

Con Elisardo Alonso en prisión a la espera de juicio, su mujer María Estela regresó a Vigo, donde residen sus padres, con el hijo del matrimonio y tramitó el divorció. Elisardo fue declarado en "rebeldía" por no comparecer.

En el año 2015, Venezuela solicitó la extradición de la nuera de Sesita por "la presunta comisión del delito de sicariato en grado de cooperadora inmediata". María Estela fue detenida en Vigo y pasó a disposición judicial, si bien no llegó a ser extraditada dada la política de escasa reciprocidad entre España y Venezuela en estos asuntos. La orden de detención sigue vigente por parte de la Justicia venezolana por si es detectada en un tercer país. La Justicia ha achacado a Elisardo las dilaciones en la causa ante los numerosos recursos y apelaciones presentados.