Saltar encima del capó de un coche, arrancar una papelera, darle patadas al contenedor de ropa de Padre Rubinos, dispersar basura por la acera, lanzarse a la carrera contra un portal y destrozar la verja de un garaje usando una papelera a modo de bate de béisbol. Los vecinos de la Ciudad Vieja de A Coruña ayer no dieron crédito a lo que se vivió de madrugada, protagonizado por una decena de jóvenes ataviados únicamente con sus calzoncillos.

De la novatada de mal gusto pero inofensiva han pasado a la mayor violencia que ha visto en su historia la Ciudad Vieja de A Coruña y las más agresivas expresiones machistas que se han oído. La novatada de inicio de curso que protagonizan alumnos de un colegio de la ciudad desde hace años por estas fechas, que se llaman a sí mismos margaritos, se convirtió en la pasada madrugada en una acción de kale borroka que por primera vez despertó la ira de los vecinos residentes, que pasaron por primera vez de la resignada comprensión por este juego de jóvenes a lanzarles gritos desde las ventanas afeándoles su agresividad y su estremecedor machismo.

Unos quince minutos después de la una de la madrugada una docena de chicos en calzoncillos se puso a los pies del edificio de la residencia femenina de las religiosas de María Inmaculada en la plaza de los Ángeles, a veinte metros de María Pita, para interpretar a las residentes su habitual cantinela de "somos los margaritos, somos los mejores", "tira un tanga", o o "inmaculada, hace una ...". Parecía lo habitual por estas fechas, entre finales de septiembre y principios de octubre que se realiza esta novatada de ir desnudos y lograr que las jóvenes les lancen una prenda interior soportando también que les arrojasen cubos de agua, y así hasta que la policía les dispersaba.

Esta vez sin embargo todo fue diferente. Eran menos, una docena cuando otros años eran el doble, pero muy violentos. Cogieron las cajas de cartón apiladas junto a los contenedores de basura y las rompieron a trozos, junto con otros residuos, que dejaron esparcidos por toda la acera. Cogían carrerilla bajando la cuesta de la calle Nuestra Señora del Rosario y con el impulso lanzaban las piernas contra la verja de cierre del garaje de las religiosas. Así uno por uno, aplaudiéndose, repetidas veces. También le daban patadas y puñetazos.

Uno de ellos saltó encima del capó de un vehículo (negro, detrás de la furgoneta blanca que se ve en el vídeo), y menuda sorpresa se habrá llevado esta mañana el propietario al verlo. Pero la agresividad de los energúmenos aún fue en incremento cuando arrancaron de cuajo una de las papeleras del mobiliario público, la arrastraron por la calle y luego la usaron a modo de bate de béisbol hasta dañar la puerta del garaje del edificio.

Mientras se sucedía este feroz brote de ira, no dejaron de lanzar improperios como: "No quedará ni una puta sin follar". "Hijos de puta, machistas", fue la réplica de una indignada vecina, un sentimiento que fue generalizado ayer entre muchos de los que asistieron a este bochornoso espectáculo. Después de que varios residentes avisasen a la policía, llegó una patrulla y los jóvenes se largaron a la carrera. Como siempre llevan a dos que hacen de vigilantes y graban sus hazañas, hoy seguramente las estén visualizando y jaleándose.