Tal y como hizo ante la Policía Nacional, Diego Pedrido confesó tras su paso a disposición judicial y también en su última comparecencia ante la juez de la sala de Violencia de Vigo los hechos. En su primera testifical en 2015, Pedrido, escayolista, interiorista y camarero, declaró que perdió el control después de que la víctima, afirmó, le asestase "dos puñetazos" en la cara cuando discutían. El procesado concretó que no recuerda lo que pasó justo a continuación,ya que la siguiente imagen de la que es consciente es cuando la mujer estaba ya tirada en el suelo. Según se recoge en los escritos de acusación de la Abogacía del Estado y de la Xunta, después de presuntamente causarle la muerte a Divina Mendes, este vigués "recogió unas pertenencias, salió, volvió nuevamente a recoger más pertenencias olvidadas y abandonó el lugar del crimen", además de recoger 30 euros del bolsillo de la víctima.