Una insólita multa. La Policía de Londres sancionó con 150 libras -167 euros- al padre de una niña de 5 años que puso un puesto para vender limonada en la calle de su casa. Cuatro agentes aparecieron allí y tramitaron la multa por realizar esa actividad comercial sin licencia. El Ayuntamiento prometió que la sanción será cancelada. A los policías, admite, les faltó "sentido común".

El padre de la niña, profesor universitario, sacó a la luz pública el caso a través de un artículo publicado en el diario The Telegraph. El progenitor, mostrando su sorpresa por lo ocurrido, contó que la niña quería poner un puesto para vender juguetes o limonada y que al final se decidió por esta bebida. Tras elaborar cuatro jarras, la pequeña, ilusionada, vio como su iniciativa tenía éxito y vendió todas las existencias. Su ilusión concluyó al llegar la Policía.