El misterio, las incógnitas, siguen rodeando el caso de Diana Quer. ¿Dónde está la joven madrileña desaparecida el 22 de agosto de 2016 en A Pobra do Caramiñal cuando regresaba a su casa tras haber estado en las fiestas con sus amigos? La pregunta clave continúa sin respuesta cuando se cumplen 11 meses desde aquella fatídica fecha. Como si se la hubiese tragado la tierra, en todo este tiempo no se ha encontrado ninguna evidencia que deje al menos entrever lo que le ocurrió esa madrugada.

Pero cuando se está a punto de alcanzarse el primer aniversario desde la desaparición de esta joven, recientemente la investigación de la Guardia Civil recibió un importante impulso de mano de la única prueba material existente: la del teléfono móvil de la madrileña. Se trata de su iPhone 6 blanco, el mismo que el pasado octubre un mariscador hallaba bajo el puente de la autovía de O Barbanza en Taragoña (Rianxo), precisamente una zona en la que los posicionamientos del terminal en relación con las antenas de telefonía situaron aquella noche a la madrileña.

Aunque los agentes contaban con el teléfono desde que el mariscador dio casualmente con él, no fue hasta este julio cuando se logró por fin desbloquear el dispositivo, gracias a una empresa israelí ubicada en Alemania. Se trata de un paso clave, ya que posibilita acceder al contenido del iPhone de Diana, donde podría haber -o no- pistas o indicios de lo que ocurrió aquel 22 de agosto.

Pero lo cierto es que tras desvelarse la noticia, no ha trascendido si el análisis del móvil ha dado algún resultado que permita impulsar las pesquisas y afianzar alguna de las muchas hipótesis que se siguen barajando. De forma previa a este hallazgo, el juez del caso lo había archivado provisionalmente, si bien la causa se puede reabrir si aparecen datos relevantes.